Todo el marfil que hay en esta torre se tomará un descanso hasta el diez de enero. El 2012 ya será un ciclo ascendente, solo hay que tomárselo con calma y dejar que los cambios que necesitamos y anhelamos se vayan produciendo. Tanto nacionales como individuales. Así que no se separen de los que quieren y les quieren, para el fin del mundo todavía quedan millones de años, el sol mediante. Desde Cracovia, que la entrada en el año sea venturosa. Trabajo y felicidad.
La última recomendación del año: MELANCOLÍA
De IGNACIO DEL VALLE | martes, 20 de diciembre de 2011 | 13:24
En breve el blog se tomará un descanso navideño, y les hago la última recomendación del año: MELANCOLÍA.
Lars von Trier es un tipo pretencioso, sobrevalorado y aburrido -aparte de bocazas-, ahora bien, acaba de hacer un clásico. Eso no se lo va a quitar nadie. Prodigiosa.
Paz Vega: Belleza e Irreverencia -o al revés-
De IGNACIO DEL VALLE | viernes, 16 de diciembre de 2011 | 11:43LA INSPIRACIÓN NO EXISTE...
SILENCIO EN LA NIEVE HASTA EN CHINA!!
En realidad el autor se llama Nam Le, pero esta es la expresión que me sale cuando pienso en su libro de relatos El barco. Este escritor cumple con el cliché que se estila ahora para ser un autor “modelno” y que te incluyan en el Granta, es decir, nace en Vietnam, se cría en Australia, reside en Nueva York, ha viajado por todo el mundo mundial y sus argumentos son cosmopolitas y mestizos. De este subterfugio han salido un montón de blufs y truños, pero no es el caso. En El barco desarrolla siete historias, siete mundos, siete toros siete de tan distintas castas y colores que el día que me presenten a Nam le preguntaré por la solución a ese arcano de la física cuántica, el principio de indeterminación: él también ha logrado esos milagros que se dan a nivel subatómico en que un mismo cuerpo puede estar en varios sitios a la vez. Este remedo de Dr. Manhattan nos habla de sicarios en Medellín, emigrantes en el sudeste asiático, aprendices de escritor en Estados Unidos, reencuentros de amigas en medio del revuelto Teherán, de aquel famoso día de agosto en Hiroshima… todo con precisión y algo más importante, con convicción, porque hace que te lo creas. Nam Le escribe limpio, no llena de borraja las palabras, es lírico, es profundo, maneja bien los diálogos. Nam Le nos habla de la enfermedad, del arrepentimiento, de la amistad, de la nostalgia, de los abismos generacionales y cómo construir quebradizos puentes, de esos cruces de caminos existenciales donde debemos elegir y nuestra vida jamás volverá a ser la misma. Es el primer libro del autor y esperemos que no sea el último, porque el chaval es joven y la carrera literaria está llena de brujas acechantes y egos que nos queman más rápido que el hidrógeno del Hinderburg. Lo que es seguro es que cuando cierras el libro sales de él como de una sala de cine: hablando de la película, que te ha hecho pensar, replantearte cosas muy íntimas. Aquí les dejo un poco de su prosa:
Al salir el sol, dice Luis, ves diez líneas negras que van hasta un mar gris acero, y entre cada línea quizá hay veinte metros de distancia, y a medida que el agua se vuelve naranja, luego rojiza, ves que cada línea está hecha de pequeñas figuras negras que se alejan del agua, todas juntas, en armonía, y después, mientras el sol se eleva a tu derecha, ves que cada figura negra es un hombre, hay cientos de ellos, y están recogiendo una enorme red del océano, poco a poco, paso a paso.
La hormiga montada en una tabla se llama Garret McNamara. La ola no sé cómo se llama pero tiene veintisiete metros -y medio-. Unas nueve plantas de edificio. Fue en Nazaré, Portugal. Ahora mismo es el récord. The big one.
No me canso de escuchar la milonga de que el artista, para crear bien, en profundidad, tiene que sufrir. El levitante de guardia nos habla de la ilimitada extensión de su tormento, de la increíble intensidad de su dolor, de la incesante variedad de la tortura intelectual. Bien, cada vez que escucho el enfermizo y cansino discurso, considero que se tiene en bien poco el sufrimiento, o bien la persona que lo dice ha tenido la desmedida fortuna de experimentar poco dolor. Sufrir, es decir, sufrir de verdad, es tener una hernia discal jodiendo de tal manera que no te puedes ni mover de la cama. Sufrir es que se te muera un hijo. Sufrir es tener un cáncer acampado en la médula de los huesos royendo tu vida segundo a segundo. Sufrir es encontrarte sin comerlo ni beberlo bajo un cartel con la leyenda Arbeit macht frei. Eso es sufrir. Lo demás es un cuento. Cierto es que para crear se necesita cierto grado de neurosis, cierta compulsión y obsesión, un trabajo intenso, una concentración que te roba horas de sueño, te aparta de la realidad y te pone, en muchos casos, de mala hostia. Ahora bien, de ahí a decir que te duele y que te va la vida en ello, en fin, hay gente que se le da bien el teatro o el storytelling del marketing. A mí en cuanto me sueltan que solo lo doloroso puede ser verdaderamente memorable, me largo a comprar una botella de Pol Roger. Si a ti te gusta sufrir, métete a supernumerario y cómprate un cilicio, pero yo te aseguro que por ello no vas a escribir mejor. En literatura lo único que da réditos es currar dieciséis horas, agotarte, esforzarte al máximo en el proceso de controlar primero las herramientas del oficio, y luego olvidarlas para buscar la pasión que comunica el sentimiento. Y tener en cuenta que, a día de hoy, todo está inventado, y los que asocian su obra con innovación, no son más que recopiladores, mezcladores, recicladores de formas preexistentes, unas en desuso y otras olvidadas, y que parecen nuevas al combinarse con otras, pero que son más antiguas que andar de pie. Por eso me dedico últimamente a leer a Heródoto con un copazo de Chateau du Busca XO bien cerca, porque el único sufrimiento que me interesa a la hora de aprender o crear, es cuando el viejo me cuenta de la tremebunda venganza que los escitas le aplicaron a Ciaxares. Menudos cabrones, oigan.
Les voy a hablar de hechos inapelables. Si Europa no lucha junta, nos colgarán por separado. Si Europa no deja de ser una asociación de Estados libres y se convierte en un Estado federal, acabaremos siendo la hetaira complaciente de algún sátrapa oriental. Y para convertirnos en un país de facto, además de transformaciones económicas -el presupuesto europeo para 500 millones de habitantes equivale al de Dinamarca, que tiene 5,5-; cambios políticos -centralización de decisiones, legislación común, un presidente del que sepamos el nombre-; organización militar -1,8 millones de soldados con 27 mandos militares diferentes-, hay que hacer una cosa en la que nadie parece haber pensado: crear europeos. Tan importante como tener portaaviones con la bandera de la Unión Europa en el Índico y Pacífico, para que los colegas asiáticos sepan que estamos, es construir la mentalidad de sus ciudadanos. Un europeo tiene que saber un mínimo de tres idiomas y poder moverse con comodidad por el territorio, coger un avión a Viena o Tallin como si fuese de Madrid a Oviedo, sentirse igual de cómodo en un pueblo de Sicilia que en Gijón. Un europeo tiene que levantarse por la mañana y decir soy europeo como dice soy español o austriaco, y luego vivir en una provincia que se llama Bélgica o Eslovenia. Que eso no es real, me dice alguien. Real es todo, le respondo yo, porque las ideas son a veces más reales que lo que puedes tocar, es lo que mueve a la gente, por lo que se erigen catedrales, muere gente o se construyen carreteras. La idea europea, de querer ser europeo, eso es lo esencial. Y a lo mejor sobra gente, a lo mejor se ha sido muy alegre dando carta franca a todo dios, porque a lo mejor no todo el mundo quiere ser europeo, sino la integración económica que eso representa -y no solo me refiero a un Reino Unido deshojando la margarita, hoy sí hoy no-. Y eso no es suficiente en absoluto. Como tampoco lo es que motores como Alemania y Francia sigan empeñados en un trato intergubernamental para crear Europa, en efecto, pero con traje tirolés y un cruasán en la mano. Y que Obama no diga chorradas como que la crisis del modelo europeo se basa en el derroche del Estado de bienestar. Piensen todos que hasta hemos tenido que cambiar el horario de los partidos de fútbol para que puedan verlos en Hong Kong. Y es solo el principio.
Silencio en la nieve: cartel y tráiler oficial
De IGNACIO DEL VALLE | martes, 15 de noviembre de 2011 | 3:31TREMENDO EL TRABAJO QUE HA HECHO GERARDO HERRERO. ESTRENO EL 20 DE ENERO DE 2012
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"Afinando los sentidos" en Onda Cero Radio
De IGNACIO DEL VALLE | lunes, 14 de noviembre de 2011 | 0:27Volvemos a la radio de la mano del gran Arturo Téllez. A partir del viernes 18 de noviembre, quincenalmente en Onda Cero Radio, estrenaremos una nueva sección: AFINANDO LOS SENTIDOS. Hablaré de la actualidad cultural de Madrid, teatro, exposiciones, conciertos, conferencias, restaurantes... un panóptico de toda la emergencia artística que bulle en esta nueva Atenas que es la capital del reino. Les esperamos.
¿Saben cuál es el vestido más copiado de la temporada low cost? Es este, un vestido negro con transparencias asimétricas de la colección otoño-invierno de Stella McCartney. Como decía la mala de El diablo viste de Prada: estás equivocado si crees que la moda no te incumbe...
Cagadas del tamaño de un portaaviones como la Conferencia de Paz de San Sebastián, una bofetada a la dignidad de los muertos. La estupidez viral multiplicada por 377 millones de visitas, que son las que han visionado el vídeo de Youtube 'Charlie bit my finger'. Ruiz-Mateos dándonos un master de cómo no debe acabar un empresario. El ángel basurero que atiende a una niña en China, atropellada repetidas veces y ninguneada por los viandantes. La hija de Sarkozy llegando al mundo con un lingote de oro bajo el brazo. El Estado que enflaquece, Montesquieu encadenado. Los indignados, que como no articulen políticamente toda esa energía acabarán en la anarquía, y de ahí al totalitarismo no hay más que un suspiro, aunque no lo parezca. Las tenebrosas y fascinantes fotografías que Anton Kusters sacó durante dos años en una mirada intramuros al mundo de los Yakuza. Las noches en blanco esta semana viendo la temporada completa de Juego de Tronos. La exposición en el Musée D'Orsay en París que homenajea el culto a la belleza del 'aesthetic movement'. El descubrimiento del champán de Churchill, Pol Roger, con su asombroso espectro de matices con que celebrar las victorias y consolarse en las derrotas. La lectura de 'Romanticismo', de Rüdiger Safranski. El tejo de Barondillo, en la sierra del Guadarrama, un árbol que lleva mil seiscientos años respirando, y que tiene intención según los expertos de seguir en este valle de lágrimas otros mil más. Evo Morales cometiendo los mismos pecados que quiso desterrar -cómo me acuerdo de la escena de Brando en '¡Viva Zapata!', la 'peli' de Mankiewicz-. El aeropuerto fantasma de Fabra gastando 112.000 euros en halcones y hurones. La exdirectora de la CAM apuntándose al paro después de desfalcar la institución y adjudicarse una pensión vitalicia de 370.000 -esto sí que es ciencia-ficción y no lo de Stanislaw Lem-. Por fin liquidan a Gadafi, la foto es la de un payaso sangriento, una cabeza del dragón menos que será sustituida por seis más, pero ya no son intocables, Pinochet, Mdalic, Mubarak. A todas esas testas les está esperando La Haya.
Dentro de la Semana Gótica de Madrid, el miércoles 26 de octubre a las 19.00 dirigiré una mesa redonda acerca de la influencia del Romanticismo en las respectivas obras -incluido un servidor- de nuestros invitados: Alicia Aza -poeta-, Tomás Baleztena -pintor-, Luis Muñoz -músico y compositor-. Será en el Museo Nacional del Romanticismo de Madrid. ¿Qué sentido tiene perdérsela?
Ahora que la selección española de fútbol de toda la vida es 'La Roja' para no herir susceptibilidades autonómicas, ahora que a los parados los quisieron llamar «oferentes de empleo» -qué peligro tienes todavía, Goebbels-, ahora que la burguesía es sinónimo de gordura y copas de coñac en vez de gente que ha trabajado duro e innovado, ha protegido las artes y sobre cuyos hombros de clase media descansa la paz del mundo, ahora que a los empresarios se les denomina emprendedores, para esquivar las connotaciones peyorativas en esta crisis, les voy a hablar de un ejemplo de iniciativa.
Bombay, 2011. Un grupo de currantes vestidos con polos anaranjados recorren febrilmente la colosal y caótica ciudad, capital financiera de la India. Van a pie o en autobuses, y están empleados por Mirakle Couriers, una exitosa empresa de paquetería fundada en 2009. Tienen 40.000 repartos al mes solo en Bombay, y se prepara para dar el salto al país. La peculiaridad de esta empresa es que solo emplea a personas sordas, porque «al no poder oír, son muy buenos observadores: pueden leer muy bien los mapas, o recuerdan muy bien calles y edificios», explica el fundador y director, Dhruv Lakra. Resulta que esa es una ventaja en una ciudad que hace que Nueva York parezca un villorrio, y donde los códigos postales no siempre coinciden. La planificación de las operaciones y la comunicación se hace mediante el lenguaje de signos indio, manejado a la perfección por dos empleados que oyen y por el mismo Dhruv Lakra. Cuando los repartidores están en la calle y tienen algún problema, usan los mensajes de móviles, «una de las formas de comunicación favorita de los sordos». Todos los repartidores coinciden: «Nos ha cambiado la vida, y además de tener un trabajo digno y en el que me siento capaz, me ha ayudado a tener amigos sordos como yo».
En la India, con 1.200 millones de habitantes, hay unos ocho millones de sordos, de los que el 78% no tiene un empleo porque sufre rechazo social, y los que lo tienen trabajan en condiciones infrahumanas. Con todo esto quiero decir que no todos los empresarios están como toneles, fuman puros, en una mano tienen una panzuda copa de armañac y en la otra un látigo con el que explotar a los pobres esclavos proletarios.
Cuando en un país suceden cosas como esta, China en este caso, es que algo se ha jodido realmente en la sociedad. Y nunca hablo de moral.
La última película de Terrence Malick no es una película, sino una oración. Una hermosa, delicada y en algunos tramos excesiva oración que le sirve al director para conjurar sus dudas y ansiedades, para satisfacer su necesidad de respuestas imposibles con preguntas de las que ya sabe las réplicas. Había hecho cuatro películas antes, y las cuatro me gustaron con sus respectivos peros, aunque, a mi entender, 'Malas tierras' y esta que nos atañe son las mejores. Malick decidió que, en esta ocasión, el orden y los guiones y la contención en la edición no iban con él, con la libertad y el peligro que esto conlleva. La belleza de los planos, la exquisitez de la música escogida -esa Lacrimosa en medio del universo en formación-, la expresividad de los actores, todo crea un estado mesmérico que hace que se te olvide que no hay apenas diálogo, que en ocasiones no sabes qué está contando, y que en el intento megalómano de abarcarlo todo, de imbricar lo macro del Génesis y lo micro de esa familia americana en los cincuenta, se le vaya la pinza con imágenes en plan National Geographic y que sobre media hora de cinta. Da igual. Cuando llega el cuento de ese padre déspota pero honrado, de la madre sumisa y amorosa, de los niños que navegan como pueden por esa infancia preadolescente, llena de descubrimientos y sensaciones, de sentimientos difícilmente comprensibles y controlables, te atrapa por completo. Malick es un mago jugando con la cámara, que de continuo capta detalles, revelaciones, milagros, evocaciones, narrándote un paraíso en la tierra que de cuando en cuando es invadido por una presencia helada ultramuros, esa realidad en la que la muerte es señora de todo. El final de la película también está de más, con todas esas almas por la playa en un resumen ecuménico de personas y tiempos, demasiado explícito, demasiado espíritu 'new age'. No obstante, eso no quita para que esta oración siga elevándose como el incienso no solo al dios cristiano que adora Terrence Malick, sino a cualquier otro dios, a todos los dioses que hemos creado a nuestra imagen y semejanza. Y ese dinosaurio, seguramente antepasado nuestro, que sale del bosque y entra en el cauce del río y atrapa a otro espécimen moribundo, y cuando todos estamos esperando el zarpazo o dentellada que acabe con todo, por contra le deja vivir, en una de las más elevadas parábolas de la compasión que un servidor haya visto en una pantalla. Y es que sin esa compasión, seguiríamos siendo esos dinosaurios que recorrían los bosques y, a veces, el cauce de los ríos.
Los emperadores ganan el premio Violeta Negra
De IGNACIO DEL VALLE | domingo, 9 de octubre de 2011 | 19:42Estimados amigos:
Me es grato comunicarles que Empereurs des ténèbres -Phébus 2010-, la edición francesa de mi novela El tiempo de los emperadores extraños -Alfaguara 2006-, acaba de recibir el premio Violeta Negra del Festival de Toulouse 2011 -Toulouse Polars du Sud- a la mejor novela negra extranjera publicada en Francia.
http://www.ladepeche.fr/article/2011/10/09/1187618-catherine-jacob-aime-la-noirceur-du-polar.html
Me es grato comunicarles que Empereurs des ténèbres -Phébus 2010-, la edición francesa de mi novela El tiempo de los emperadores extraños -Alfaguara 2006-, acaba de recibir el premio Violeta Negra del Festival de Toulouse 2011 -Toulouse Polars du Sud- a la mejor novela negra extranjera publicada en Francia.
http://www.ladepeche.fr/article/2011/10/09/1187618-catherine-jacob-aime-la-noirceur-du-polar.html
Asimismo, la adaptación al cine de dicha novela, Silencio en la nieve, dirigida por Gerardo Herrero, y protagonizada por Juan Diego Botto y Carmelo Gómez, se estrenará en España en enero de 2012.
http://www.youtube.com/watch?v=2KaWeaQow1I
http://www.abc.es/20110616/cultura-cine/abcm-silencio-nieve-primer-filme-201106161633.html
Dear friends
I am pleased to announce that “Empereurs des ténèbres” – Phébus 2010-, the French edition of my novel “El tiempo de los emperadores extraños” -Alfaguara 2006- has just been awarded with the “Violeta Negra” Prize at the Festival of Toulouse 2011 – Toulouse Polars du Sud – for the best foreign crime-fiction novel published in France.
http://www.youtube.com/watch?v=2KaWeaQow1I
http://www.abc.es/20110616/cultura-cine/abcm-silencio-nieve-primer-filme-201106161633.html
Dear friends
I am pleased to announce that “Empereurs des ténèbres” – Phébus 2010-, the French edition of my novel “El tiempo de los emperadores extraños” -Alfaguara 2006- has just been awarded with the “Violeta Negra” Prize at the Festival of Toulouse 2011 – Toulouse Polars du Sud – for the best foreign crime-fiction novel published in France.
http://www.ladepeche.fr/article/2011/10/09/1187618-catherine-jacob-aime-la-noirceur-du-polar.html
Besides, the screen version of this novel, “Silencio en la Nieve”, directed by Gerardo Herrero and starring Juan Diego Botto and Carmelo Gómez, will be released in Spain in January 2012.
http://www.youtube.com/watch?v=2KaWeaQow1I
http://www.abc.es/20110616/cultura-cine/abcm-silencio-nieve-primer-filme-201106161633.html
Besides, the screen version of this novel, “Silencio en la Nieve”, directed by Gerardo Herrero and starring Juan Diego Botto and Carmelo Gómez, will be released in Spain in January 2012.
http://www.youtube.com/watch?v=2KaWeaQow1I
http://www.abc.es/20110616/cultura-cine/abcm-silencio-nieve-primer-filme-201106161633.html
Desde este viernes 7 hasta el domingo 9 estaré en el Toulouse Polars du Sud para talleres, conferencias, mesas, y hablar de mi novela Empereurs des ténèbres, Phebus 2010, la edición francesa de El tiempo de los emperadores extraños, Alfaguara 2006. La misma obra en la que se ha basado la película de Gerardo Herrero, Silencio en la nieve, que se estrenará en enero de 2012.
En el Círculo de Bellas Artes.
http://www.circulobellasartes.com/ag_expo.php?ele=133
Bocatto di cardinale XLII -clásico-
De IGNACIO DEL VALLE | domingo, 25 de septiembre de 2011 | 14:29 El libro de Lampedusa es apasionante, pero la peli de Visconti es magistral. El príncipe de Salina es uno de mis héroes, y tengo una cita con él una vez al año, llueva o haga sol. Su mirada lúcida y desencantada, su visión del mundo es una lección política y vital que debería formar parte del programa de estudios de todos los colegios, y luego ser asignatura en la universidad, para que no se olvide. Su speech sobre la decadencia de su raza está a la altura de Brando en Apocalypse now, y cómo olvidar su frase: "Es imposible ser tan distinguido como Alfonso sin que sus mayores hayamos dilapidado una docena de patrimonios".
http://youtu.be/imfiTuoHb_0
So fast this expedition
So vast this heavy load
With a touch of luck and a sense of need
Seeing the guns and their faces
We look around the open shore
Waiting for something
Un día me levanté por la mañana y me pregunté por qué leía tantos libros contemporáneos y desconocía tanto los clásicos en que se basaban. Así que los puse todos en fila y manos a la obra, ahora tengo entre las manos a Heródoto, Historia: "escribo para evitar que con el tiempo caiga en el olvido lo ocurrido entre los hombres y así las hazañas, grandes y admirables, realizadas en parte por los griegos y en parte por los bárbaros, se queden sin su fama, pero ante todo para que se conozcan las causas que les indujeron a hacerse la guerra".
En música hay canciones e himnos, este es de los últimos: Shoot High Aim low http://youtu.be/imfiTuoHb_0
So fast this expedition
So vast this heavy load
With a touch of luck and a sense of need
Seeing the guns and their faces
We look around the open shore
Waiting for something
Michel & Sven and the Crazy Russian
De IGNACIO DEL VALLE | miércoles, 21 de septiembre de 2011 | 10:26Para empezar bien la mañana:
Michel & Sven
http://www.youtube.com/watch?v=AEPvSo8bE2I
The Crazy Russian
http://www.youtube.com/watch?NR=1&v=Axo8Nn40f9o
Cuando hasta los que tienen el riñón forrado piden pagar más impuestos, es que la cosa está peor de lo que pensaba. Hasta ellos se dan cuenta de que resulta imposible mantener sociedades en que un mínimo por ciento de ciudadanos tiene un máximo por ciento de la riqueza. En España, el bien común y el interés general pasa por gravar las rentas más altas en orden a la progresividad del sistema tributario -un gesto más moral que eficaz, por las diferentes escapatorias legales, pero estamos necesitados de dichos gestos-. Es importante que la percepción de la fiscalidad, los ingresos y los gastos sirvan de cemento a la cohesión social, y la rebaja de la presión fiscal en 10,2 puntos entre 1995 y 2011 sobre los más pudientes no ayuda demasiado. Tampoco lo hacen las Sicav, verdaderas trágalas fiscales que permiten tributar al 1%, habiendo en nuestros predios alrededor de 3.313 sociedades moviendo 26.200 millones de euros. Otro coladero es el impuesto de sucesiones y donaciones, que debido a las diversas bonificaciones autonómicas tiene tales coladeros, que habría que ponerle encima a unos violinistas en plan Titánic, para que fuesen tocando Nearer my God to Thee. Otro impuesto que hay que convocar con una güija, como si fuera un espíritu, es el de patrimonio. Suprimido en 2008 por alguna mente privilegiada, debería resucitar, pero esta vez redibujando los intervalos pecunarios, ya que antes solo afectaba a las rentas medias y bajas. ¿Y qué me dicen de los impuestos indirectos? Tenemos el tercer IVA más bajo de la Unión Europea, únicamente nos ganan Chipre y Luxemburgo. El que también me convence es el impuesto a la banca, la tasa Tobin de toda la vida, rebautizada para no asustar con el coco a los capitalistas -que en realidad somos todos-. Ahora bien, solo con esto no remontamos la prima de riesgo, el consumo que se arrastra, el BCE que nos hace ofertas que no se pueden rechazar para comprar nuestra deuda.. Es necesario reformar el mercado de trabajo de arriba abajo; crear incentivos para los empresarios -ahora llamados emprendedores-; denunciar la falacia de que los mercados se autorregulan; utilizar las autonomías para hacer más España y no para chantajear; hacer pactos de estado concretos -urgentemente sobre materia educativa e investigación- y motu propio, sin que nos aprieten las tuercas desde Europa., y no sigo porque voy a parecer un demagogo o un infeliz utópico.
Tengo para mí que todos hemos sufrido una golumización en un momento u otro de nuestra existencia. He adoptado el término del ardor de Golum por su tessssssoro, un símbolo de la obsesión, del monotema, de la ceguera voluntaria. Otra buena alegoría es la bunkerización, el proceso por el cual un Führer se aísla de la realidad a quince metros bajo tierra y mueve sobre tableros divisiones fantasma y lanza arengas de aniquilación y victorias finales cuando los soviéticos ya están pegando chupinazos de aquella manera sobre su cabeza. Este fenómeno oscurece el intelecto y, por ende, produce un mal encauzamiento de la voluntad.
La causa habitual es nuestra aversión a la crítica, a mirarnos en el espejito espejito mágico que nos da constancia de que no somos los más hermosos del reino. En ocasiones, gastamos mucha más energía en justificar nuestros errores para poder seguir profundizando en ellos, que en corregirlos. Nadie es inmune a estos puntos ciegos del entendimiento. Aunque existen recetas para minimizarlos. La mía es la misma que la de Einstein. El alemán soltó una vez tal perogrullada, que una vez procesada en mi magín durante un tiempo, acabó por destilar genialidad: si no quieres cometer los mismos errores, no repitas los pasos que te han llevado a ellos.
Cae de cajón, ya lo sé, y los ingleses tienen un dicho que lo ilustra aún mejor: si estás en un pozo, lo primero que hay que hacer es dejar de cavar. Pero precisamente cuando estás en el pozo, lo último que te planteas es dejar de darle a la pala, no hay perspectiva, a veces ni siquiera sabes que estás en un pozo. O incluso no quieres dejar de estarlo.
Ha comenzado la golumización. Puede ser una mujer, las drogas, una estrategia empresarial. cualquier cosa. La solución pasa porque te ayuden desde fuera, esperar a que toques fondo o, sencillamente, plantearse las cosas y dejar de cavar, o sea, no copiar los pasos, o sea, quitar el paño negro al espejo. La frase siempre es: si estoy aquí, yo soy el único culpable, qué debo hacer ahora. Pues lo dicho. Es doloroso, claro que lo es. A nadie le gusta ver su verdadero rostro, sus miserias, su debilidad, su inconsciencia; a nadie le gusta comprobar que esa imagen que ha construido de sí mismo es solo eso, una imagen.
Pero a largo plazo, la otra opción es que la última paletada de tierra no la demos nosotros, sino que nos cubran con ella.
Nicolás Gómez Dávila es el terror moral, que diría Kurtz. Una mezcla de mala hostia y disparos por elevación -da igual dónde caiga y a quién se lleve por delante-, que se concentran en los aforismos de su obra de título insostenible “Escolios a un texto implícito“. Resulta evidente que los de marketing no van a hacer su ferragosto, pero a los que les interese la literatura sin aditamentos, disfrutarán de estos pensamientos inmoderados, sarcásticos, a veces crípticos, siempre feroces en su brillantez, que descreen de los sistemas aunque el autor pretendiese crear una imagen totalizadora en el lector, al igual que en los pasatiempos de los diarios en que uniendo puntos dispersos se conforma un dibujo. Este colombiano es políglota, reaccionario, pesimista, orgulloso, romántico en tanto en cuanto el romanticismo significa todo lo irracional -que no revolucionario-, pero, ante todo, es un finísimo y mordaz observador de la estupidez humana. Su obra aforística es comparable a Nietzsche, Rivarol, Joubert, Cioran, Schopenhauer o Canetti, y nada escapa a sus fogonazos: política, amor, religión, literatura, arte… En fin, como en el sexo, lo mejor es no hablar de él, sino practicarlo, así que aquí les dejo un recipiente lleno de perlas, esmeraldas, amatistas, zafiros, diamantes, topacios, ópalos, lapislázulis, jades, cornalinas, aguamarinas, para que puedan introducir la mano en el a fin de relajarse, como hacía Hermann Goering, o mejor, para que llenen de tales piedras el cuenco de su magín. Bon appetit.
“Disciplina, orden, jerarquía, son valores estéticos”.
“En tiempos aristocráticos lo que tiene valor no tiene precio; en tiempos democráticos lo que no tiene precio no tiene valor”.
“No escucho tu prédica, sino tu voz”.
“El cruce de la relación horizontal amigo-enemigo con la relación superior-inferior configura la estructura política elemental”.
“A ricos y pobres hoy solo los diferencia el dinero”.
“Los partidos liberales (girondinos, propietarios franceses del 30, manufactureros ingleses del 32, demócratas jacksonianos, próceres criollos. Etc…) se han distinguido por la bella retórica con que adornan sus propósitos mercantiles”.
“Al romperse el marco, la burguesía se expande sobre la sociedad entera, inventa el estado nacional, la técnica racionalista, la urbe multitudinaria y anónima, la sociedad industrial, la masificación del hombre y, en fin, el proceso oscilatorio entre el despotismo de la plebe y el despotismo del experto“.
“Disciplina, orden, jerarquía, son valores estéticos”.
“En tiempos aristocráticos lo que tiene valor no tiene precio; en tiempos democráticos lo que no tiene precio no tiene valor”.
“No escucho tu prédica, sino tu voz”.
“El cruce de la relación horizontal amigo-enemigo con la relación superior-inferior configura la estructura política elemental”.
“A ricos y pobres hoy solo los diferencia el dinero”.
“Los partidos liberales (girondinos, propietarios franceses del 30, manufactureros ingleses del 32, demócratas jacksonianos, próceres criollos. Etc…) se han distinguido por la bella retórica con que adornan sus propósitos mercantiles”.
“Al romperse el marco, la burguesía se expande sobre la sociedad entera, inventa el estado nacional, la técnica racionalista, la urbe multitudinaria y anónima, la sociedad industrial, la masificación del hombre y, en fin, el proceso oscilatorio entre el despotismo de la plebe y el despotismo del experto“.
He estado unos días de promo por tierras lusitanas. Aquí les dejo una entrevista que ha quedado maja. Oporto sigue siendo una de mis ciudades preferidas. Y cuando las autoridades se decidan a hacerle un lavado de cara, no les cuento. Un especial agradecimiento a Espinho por la acogida que me depararon, y felicitarles por la espectacular biblioteca.
Hoy les invito a un paseo virtual por un gimnasio. Pónganse cómodos, ropa ligera, que transpire bien, luego enchúfense algo potente en el ipod, Rammstein, por ejemplo, Du hast o Waidmanns Heil, algo que les incite a morder el hierro. Luego entren conmigo en la sala, hoy toca hombro y gemelos. De inmediato podrán identificar unos biotipos concretos, que podrían protagonizar sin ápice de duda un documental de Rodríguez de la Fuente. En todo gym que se precie no puede faltar un 'profesional', alguien a quien siempre encontrará aconsejando a otro sobre cómo hacer las tablas de ejercicios o la mejor forma de mezclar los suplementos de proteínas -aunque no tenga ni idea del asunto, ese es otro cantar-. También están los 'charletas', personal que paga el mes pero que nunca verán acercarse a una mancuerna o barra, sencillamente ocupan la hora en una actividad social, formando grupos de discusión sobre el partido del domingo o cualquier tema divino o humano que les distraiga de hacer deporte. A continuación verán a 'Chuachi' -diminutivo de Chuachenager-, siempre hercúleo, la mayoría de las veces ciclado, cuyo único horizonte vital es hablar de musculación en todas sus facetas, no intenten desviar la conversación hacia otros meandros, será un fracaso seguro. Después tienen al 'novato', que empieza ese mismo día sus entrenamientos con una frase clásica e irrenunciable: yo es que no me quiero poner muy fuerte, como si ganar músculo fuera una cuestión inherente a pagar la cuota. Santa inocencia. Seguidamente no pueden obviar a la 'tía buena', que normalmente va a spinning o aerobic, pero que de vez en cuando hace una visita a las máquinas alimentando la conversación de los 'charletas' y distrayendo incluso al rocoso y monotemático 'Chuachi'.
También pueden encontrar al 'intelectual', que normalmente solo hace bicicleta porque le permite leer a la vez un libro. Y al 'veterano', macho alfa que concita a su alrededor una corte de chavalitos buscando un faro que los guíe en el proceloso mundo, ya sea con consejos vitales o deportivos, y si es gay o criptogay, utilizando su ascendiente para alegrarse el día. Y no debo olvidar al 'silencioso', ese numerario del gym que lleva veinte años en la sala pero que nadie ha hablado nunca con él ni se sabe nada de él ni ha tenido jamás contacto alguno, salvo para pedir que le dejen un disco de cinco kilos o la máquina de dorsales. Este es un día cualquiera en el gimnasio de su barrio. Antropología en estado puro, que diría Lévi-Strauss.
http://www.youtube.com/watch?v=hRypTzB3Puc
Ayer noche, por las calles eufóricas de una Ribadesella tomada por una legión de selleros, una conversación oída al vuelo. Dos chavales con unas copas de más, a uno de ellos le llaman por el móvil, parece ser que al otro lado del teléfono hay un amigo del Algarve que se llama Luciano. Se lo quiere presentar al camarada de juerga y le pasa el teléfono:
-Mira, te presento a Luciano, salúdale.
El camarada coge el teléfono con una gran sonrisa.
-¡Luciana¡, ¡vamos a la cama¡
-Soy Luciano, soy Luciano -responden-, soy un tío.
-Da igual, da igual, me gusta tu voz...
Reunidos en el club de St. Andrews los venerables padres fundadores del golf, discutían cuál debía ser el número de hoyos de un campo reglamentario, cuando uno de ellos propuso que fueran exactamente 18. ¿Por qué?, preguntaron sorprendidos. Porque el señor tenía la costumbre de tomar un trago al finalizar cada hoyo, y eran 18 los que necesitaba para terminar una botella, medida razonable para un partido. La propuesta se aprobó por unanimidad.
Así se titulan las memorias de Luis Buñuel: Mi último suspiro. Y son deliciosas, tanto que también se leen en un ídem. Son recuerdos, jirones de vida, frases y situaciones, pensamientos y chistes, manías y repulsiones, su decidida iconoclastia, los sueños, pero sobre todo son vitalidad, ansia torrencial por vivir, por beber hasta la última gota del dry martini, por encontrar esa belleza que Aquino definía como la relación entre dos cosas diferentes. Su infancia y adolescencia en Calanda y Zaragoza, la guerra civil, la Residencia de Estudiantes, el surrealismo, el alcohol y el sexo, París y Hollywood, el cine, la religión, Las Hurdes, México… Luis Buñuel gasta una ironía desmitificadora -que no sarcasmo-, y su vida es un almanaque Gotha de personajes que pasan por ese tamiz que los humaniza sin dejar ser tierno con ellos, de amarlos -y no pocas veces odiarlos al mismo tiempo-. Si, como se dice, todas las novelas son ciertas y todas las memorias son falsas, la mentira de Mi último suspiro provoca sentimiento y asombro, dulzura y vacío. Curiosamente, una de las preocupaciones de Buñuel a este respecto, era que la memoria no estaba amenazada solo por el olvido, sino por los falsos recuerdos, la memoria constantemente invadida por la imaginación, por el ensueño, hasta que, al final, acabamos por creer esa mentira al punto de convertirla en verdad, siendo tan vital y personal la una como la otra. Jugosas anécdotas e íntimos relatos, Bretón confesándole que es triste reconocerlo, mi querido Luis, pero el escándalo ya no existe; su animadversión por Gala, estímulo y sugestión de Dalí; una frustrada orgía con Chaplin; su convicción de que lo que no se hace por un dólar no debe hacerse por un millón; sus recetas para hacer el mejor dry-martini… Imprescindible el cuento -verídico o ilusorio, eso, como hemos apuntado antes, resulta accesorio- de la noche en que le pagó una puta a Luis Alcoriza, o la fantasmagórica y espléndida cena en la mansión de Georges Cukor, rodeado por un agonizante John Ford, un rechoncho Hitckcock, Billy Wilder, Robert Wise, Mamoulian, William Wyler… ¡Quién hubiera podido estar, aunque fuese como invitado de piedra! En una de las línea del libro, Buñuel confiesa que solo a través de los demás puedes juzgar lo que haces. Pues bien, prueben a abrir el libro y juzguen si esto no ha sido una vida digna de ser vivida.
De nuevo regresa mi sección de radio "Conversaciones con un burgués". Será todos los martes a partir de la 19.00 en Onda Cero, en el programa de Arturo Téllez JELO EN VERANO. En nuestro primer programa hablaremos de bombillas eternas, la profesión del futuro, buenos champanes, libros prodigiosos... y un invitado especial. No se lo pierdan.
www.ondacero.es/jelo-verano/
www.ondacero.es/jelo-verano/
Paso unos días en Madrid -huyo en cuanto llega el calor, pero no hace tanto como pensaba- y aprovecho para ir a ver la expo de Antonio López. Una cola del carajo y cambio de planes: volver a El Prado. Calculo que hace un año que no lo visito. Entro. A medida que recorro sus pasillos me doy cuenta de que cada vez que vuelvo, acabo delante de los mismos cuadros. La belleza hay que compartirla.
Mi debilidad: Martirio de San Felipe. José de Ribera.
Mi asombro: El Triunfo de la Muerte. Pieter Brueghel El Viejo.
El control del color: Penitencia de San Jerónimo. Joachim Patinir.
La perfección de los objetos: Santa Barbara. Robert Campin.
El marfil de la torre cierra sus puertas hasta finales de julio. Me tomo un tiempo de descanso y paseos. Muchas gracias y espero tenerles conmigo a la vuelta.
Últimas noticias sobre el montaje de SILENCIO EN LA NIEVE
La idea de partida es tan potente que todavía no me explico cómo los gringos no han hecho el remake.
¿Que todavía no han visto las dos temporadas de Roma? Pero, hombre, craso error. ¿Cómo perderse las celebraciones de los Triunfos que te hacen replantearte quiénes eran en verdad los bárbaros?, ¿cómo no ver la deconstrucción que realizan los fantásticos guionistas de la relación entre Marco Antonio y Cleopatra?, ¿o la impresionante muerte de Cicerón a manos de Tito Pulo...? A la altura de MAD MEN, sin duda.
http://youtu.be/X21mJh6j9i4
Vean todos los vídeos seguidos...
Oficialmente, hoy me convierto en cuarentón
De IGNACIO DEL VALLE | jueves, 26 de mayo de 2011 | 0:01"Desengáñate, Camilo, cuando se es joven, se es joven para toda la vida".
Picasso a Cela.
Siempre he recomendado fervorosamente la lectura de Jean Daniel, por muchas razones, pero esencialmente porque no es neutral, no vive en limbos de hechos o teorías abstractas, no es impermeable al prejuicio, ni está blindado contra los intereses. O sea, es humano, una persona que opina, y puedes o no estar de acuerdo, pero su criterio resulta siempre perspicaz.
En su último artículo en 'Le Nouvel Observateur' habla de las lecciones de sus maestros. Nos cuenta que ya no quiere cambiar el mundo, sino transformarlo, porque éste cambia por sí mismo mucho más deprisa que nuestro deseo por cambiarlo.
Nos dice que la democracia debe ser una pasión, y que hay que evitar que el compromiso se convierta en componenda.
Nos explica que no hay que rendir culto a dogmas o ideologías, sino a la complejidad, ergo hay que interesarse sobre todo por las razones de quienes no están de acuerdo contigo.
Que la libertad sin cierta igualdad lleva a una jungla competitiva, y que cierta igualdad sin libertad nos conduce a la uniformidad, a la tiranía.
Que cuando el capital se convierte en el fin, la sociedad se convierte en una bolsa de valores que ya solo puede optar entre el individualismo cínico o el latrocinio organizado.
Que las reformas exigen cierta confrontación, cierta violencia, ahora bien, tengamos mucho cuidado, como lo tuvo Hegel cuando elogió la Revolución pero no el terror.
Que la guerra es necesaria, y si tomamos ese camino como última opción, debemos recordar que cada vez que se cogen las armas en nombre de la justicia, ya hemos dado un paso en el campo de la injusticia.
Que toda víctima debe deshacerse de su verdugo, con el riesgo de que después de liberarse puede ella misma convertirse en verdugo, teniendo presente este pensamiento, no hay inocentes, sólo vencedores y muertos.
Que debemos odiar los absolutos. Que la humillación de otro ser humano es peor que la opresión, la ocupación o la alienación, porque es lo que más hiere al individuo o a una colectividad, y detrás de esa humillación siempre hay un cuchillo o un levantamiento.
Que únicamente la admiración por el otro o por las cosas puede librarnos de la nada que nos habita.
Y para acabar, cita a François Cheng: todos los juicios, todos los cultos y todos los ritos pueden desaparecer, salvo uno solo, la Belleza. Como les digo, Jean Daniel siempre resulta interesante.
Cuántas veces no se ha opinado por no ir en contra de la corriente dominante, temiendo el ridículo o el desprecio o la burla, acomplejados por creer que nuestros gustos no son tan válidos como los del gurú de guardia. Ese es uno de los objetivos básicos de la buena educación, la creación de un criterio válido y libre.
Los adjetivos imprescindible, necesario, seminal que tanto abundan en las críticas o reseñas, los cánones literarios, poéticos, musicales, el autor de moda. en fin, todo eso debería resbalarnos a la hora de exponer nuestros gustos y fobias. Con el tiempo, debemos respetarnos más a nosotros mismos que al prójimo, porque además la crítica de verdad, la que atiende solo a la obra, la que interpreta y contextualiza, hace mucho que ya no tiene sitio en este mundo-empresa. Razón de más para insistir en el criterio personal, salgan del armario y debatan, impugnen, contradigan. No duden en hacerlo, como yo no dudo en afirmar que el manido Bolaño es un brasas y un bluff, Vila-matas es un cansino, o que Leire Pajín me pone de los nervios -la línea de bajamar más baja de la política en décadas-. Aunque pensándolo bien también me ocurría con el infausto Acebes, ¿le recuerdan? Creo que Stephen King se merece el Nobel mucho más que toda esa caterva de autores cuya única bondad es haber sido perseguidos por el dictador de turno. Me fascina la forma en que el nazismo gestionó la propaganda y los recursos estéticos -me la suda que me tachen de filonazi, qué tendrá que ver-. El jazz me parece inaudible, Almódovar no me interesa desde 'La ley del deseo', Telemann es la hostia y Coppola la cagó con 'Tetro'. El funcionariado tiene que ser movible y evaluable; Erich von Stroheim es un tipo demasiado olvidado; si una peli no me engancha en los primeros cinco minutos, la quito; que alguien se presente a unas elecciones con imputados es sangrante. No creo que debamos prescindir de la energía nuclear -al menos de momento-, Ivo Andric es uno de los mejores escritores de la historia, me parece un escándalo que intenten empaquetar a Berlusconi denunciando su vida privada -como si no hubiera armado ciento y mil-, el tequila no me gusta, lo que hizo Barceló en la ONU tampoco, y Scarlett Johansson me parece un calamar. No se vayan, que se me están ocurriendo más cosas...
Hace poco leí un artículo sobre un festival de cine que organizaban en Burkina Faso. Una sala de cine puede ser la vida, rezaba el logo del cine Wemtemga, en Uagadugú, capital del país. Dicho cine no tenía butacas, sino sillas azules, y estaba al aire libre. La pantalla era una pared pintada de blanco, y hasta hace nada utilizaban viejos proyectores de 35mm, sustituidos ahora por un sistema digital, mucho más barato. Hace años que no se llena la bancada, de 700 espectadores, porque las entradas son caras para el sueldo mínimo de la gente. Y a pesar de que Burkina Faso es uno de los países más pobres del mundo, se las arreglan para organizar un festival de cine panafricano. En la misma Burkina Faso también existe Cinetoile, un programa de la Unión Europea para llevar el cine hasta las aldeas más remotas del país. Además de proyectar películas, las imágenes sirven también para enseñar hábitos de higiene o el uso del condón a través de anuncios previos. Estas aldeas son chozas de barro y paja, sin luz ni agua corriente. Antes de las proyecciones no se venden refrescos ni palomitas, sino que asan un cerdo, y muchas personas han recorrido kilómetros a pie únicamente para poder ver una película. En el último viaje estuvieron en un pueblo llamado Pitmoaga, y llevaron una película titulada Budd Yam, del burkinés Gaston Kaboré. En la plaza había alrededor de mil personas esperando, se había corrido la voz por toda la región de que venían los del cine. Este ha sido un año de mala cosecha, de preocupaciones, de violencia, de hambre, muchos de los que se han reunido están sencillamente superviviendo. Pero mil personas se han juntado en una explanada frente a una mancha de luz para descubrir territorios emocionales insospechados. Las imágenes llenan el vacío de muchas vidas, comenta el encargado de la sesión. ¿Y ustedes se imaginan?, ¿se imaginan cuando toda esta gente vean a Welles en La dama de Sanghai diciendo aquello de “todo el mundo hace el idiota por alguien. La única forma de evitar problemas es envejecer, así que creo que voy a contentarme con eso. Tal vez viva tanto que llegue a olvidarme de ella, o quizá muera en el intento“. ¿Se imaginan cuando el Bogart de El Halcón Maltés les suelte aquello de “si eres buena saldrás dentro de veinte años, y te estaré esperando. Y si te cuelgan, te recordaré siempre“? Todo esto es hermoso.
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