Emprendedores vs. empresarios

| domingo, 23 de octubre de 2011 | 11:50

Ahora que la selección española de fútbol de toda la vida es 'La Roja' para no herir susceptibilidades autonómicas, ahora que a los parados los quisieron llamar «oferentes de empleo» -qué peligro tienes todavía, Goebbels-, ahora que la burguesía es sinónimo de gordura y copas de coñac en vez de gente que ha trabajado duro e innovado, ha protegido las artes y sobre cuyos hombros de clase media descansa la paz del mundo, ahora que a los empresarios se les denomina emprendedores, para esquivar las connotaciones peyorativas en esta crisis, les voy a hablar de un ejemplo de iniciativa.

Bombay, 2011. Un grupo de currantes vestidos con polos anaranjados recorren febrilmente la colosal y caótica ciudad, capital financiera de la India. Van a pie o en autobuses, y están empleados por Mirakle Couriers, una exitosa empresa de paquetería fundada en 2009. Tienen 40.000 repartos al mes solo en Bombay, y se prepara para dar el salto al país. La peculiaridad de esta empresa es que solo emplea a personas sordas, porque «al no poder oír, son muy buenos observadores: pueden leer muy bien los mapas, o recuerdan muy bien calles y edificios», explica el fundador y director, Dhruv Lakra. Resulta que esa es una ventaja en una ciudad que hace que Nueva York parezca un villorrio, y donde los códigos postales no siempre coinciden. La planificación de las operaciones y la comunicación se hace mediante el lenguaje de signos indio, manejado a la perfección por dos empleados que oyen y por el mismo Dhruv Lakra. Cuando los repartidores están en la calle y tienen algún problema, usan los mensajes de móviles, «una de las formas de comunicación favorita de los sordos». Todos los repartidores coinciden: «Nos ha cambiado la vida, y además de tener un trabajo digno y en el que me siento capaz, me ha ayudado a tener amigos sordos como yo».

En la India, con 1.200 millones de habitantes, hay unos ocho millones de sordos, de los que el 78% no tiene un empleo porque sufre rechazo social, y los que lo tienen trabajan en condiciones infrahumanas. Con todo esto quiero decir que no todos los empresarios están como toneles, fuman puros, en una mano tienen una panzuda copa de armañac y en la otra un látigo con el que explotar a los pobres esclavos proletarios.

6 comentarios:

Rodericus dijo...

Razon tienes con Goebbels, Ignacio. Sentó escuela que han seguido muchos. Solo hay que echar un vistazo al comunicado que el jueves pasado lanzaron los del pasamontañas con boina. Verdugos que quieren aparentar ser victimas.

Somos un pais donde el empresariado está estratificado en los extremos. Pequeños empresarios con diez, veinte ó como mucho cincuenta empleados, y despues unos pocos, con empresas que dan empleo a unos centenares de trabajadores. Aparte las multinacionales, con sus miles de asalariados en plantilla, que son un mundo aparte en el panorama empresarial español.

El problema, es que aquí todavia perdura la imagen del empresario de la era franquista, que medró gracias a sus conexiones con el podér, y que engordó su cuenta de resultados en una época en que el proteccionismo aduanero evitaba a la competencia del exteriór. Una imagen, que los sindicatos se han encargado de prolongar durante este tiempo, con propaganda destinada al auto-consumo de sus fieles.

Pero este país, al menos donde yo estoy ubicado, es el reino de la pequeña y mediana empresa, donde salvo excepciones, el empresario es el primero en llegar cada mañana, y el que echa el cierre a la puerta hasta el dia siguiente.

Aquí para ser empresario, hace falta tener un temple especiál.

Saludos.

IGNACIO DEL VALLE dijo...

Esto te resultará interesante...

http://www.elpais.com/articulo/primer/plano/Balance/provisional/catastrofe/elpepueconeg/20111023elpneglse_2/Tes

YO dijo...

Es un bello caso de iniciativa empresarial. No entiendo que nadie pueda demonizar a los empresarios o a los emprendedores, o como se les quiera llamar. Son creadores de riqueza, de empleo, que tienen una iniciativa y que arriesgan. Y por el indisoluble binomio rentabilidad-riesgo, tienen derecho a obtener un rendimiento. No creo que nadie tenga que considerarlos explotadores por eso, siempre que cumplan con toda la normativa. Y si mientras obtienen un rendimiento, contribuyen al PIB del país y crean empleo, bienvenidos sean. Empresas y empresarios, cuanto más mejor, y que creen riqueza y que se hagan ricos, que también harán más rico al país. El problema es que no se creen empresas en un país o que mueran agonizando…es lo que piensa esta doctora en administración de empresas.

P.S. Me gustó el cuento cautivo del pasado sábado. Mucho. Con sentencias singulares como el corte de luz en un quirófano o la teoría matemática que mencionas, que es “pa darte” hasta en el DNI. No me hagas mucho caso, pero imagino que los hospitales tienen grupos electrógenos que permiten alimentar autónomamente al quirófano si se produjera un apagón como el que describes. También lo hay para los ordenadores; yo tengo uno en el ordenador del despacho en el que hago las iteraciones y cálculos matemáticos; ahí me da más miedo el corte de luz. Perder lo que escribo, no tanto…Y eso de “aplicando la teoría de menos más menos igual a más”. ¿Y cuál es esa teoría Ignacio del Valle? ¿Necesitas profesora de matemáticas?. En primer lugar, no es una teoría matemática. Es una operación aritmética. Y tal regla de signos se verifica para la multiplicación, no para la suma como señalas. Ejemplo: Menos cuatro más menos cinco es igual a menos nueve. Es la nota que te pondría yo en matemáticas. El cero patatero te queda muy arriba. Sin embargo, menos cuatro por menos cinco es igual a más 20. Errores matemáticos y electrógenos al margen, lo bonito es la idea del cuento. El hecho de si nos comportamos los humanos de manera diferente cuando no hay luz, ni taquígrafos…Y si es así, ¿cuál es nuestro verdadero yo?.¿Es una involución como señalas actuar libremente y hacer lo que nos apetece porque no hay luz, porque no nos están viendo los demás?.

¿Fue Kurtz el que declaró algo así como que “la verdadera libertad es no depender del juicio de los demás, ni siquiera del propio”?. Kurtz, el mismo que desde su locura nos incita a que nos planteemos desde nuestra cordura el sin sentido del horror y podredumbre que hay en el mundo como consecuencia de las guerras.

Sin luz, la gente se siente libre porque no está a la vista del juicio de los otros, la anoréxica se pone a comer porque también se siente libre de su propio juicio, de su propia conciencia de anoréxica que le hace sentirse mal cuando come y hay luz…

¿Quiénes somos en realidad si es que actuamos de manera distinta con luz o sin ella?. No creo que sea así en todos los casos; me dan lástima los conductores que pisan el freno sólo porque se percatan de que la guardia civil está detrás.

Somos lo que somos, con o sin luz. Y creo que la gente libre no tiene que depender del juicio de los otros, del ¿que dirán? cuando los otros les ven y, por consiguiente, no modifican su conducta porque no haya luz como consecuencia de un apagón. De 10 horas como el del cuento o de 1.000.000 de horas…el apagón final de nuestras vidas.

Rodericus dijo...

Gracias por el enlace, Ignacio. He leido el articulo,y me reafirma en mis convicciones. Tenemos una estructura laboral heredada del pasado, con todos sus "vicios de forma".

Saludos.

IGNACIO DEL VALLE dijo...

Creo que los vicios resultan evidentes. Lo facil es el maniqueismo, igualar por abajo.

Begoña Argallo dijo...

No tenía ni idea de esta noticia que debería figurar en letras grandes en los noticiarios y programas de televisión.
Son pequeños gestos como éstos (grandes gestos, porque son pioneros) los que cambiarán el mundo a mejor. Y que cunda el ejemplo en muchos más países.
Saludos