| viernes, 27 de junio de 2008 | 12:25


UN GUIRI EN NUEVA YORK
Por fin, uno de mis sueños cumplidos: New York. Y no defraudó. Ha sido una de las experiencias más intensas y apasionantes de mi vida. Nueva York es un espectáculo continuo, ruge, te apura, te engulle, te vende, respira, nunca duerme... Nueva York te hace amarla desde el primer segundo en que la pisas, tanto como la odiarás, pero a ella no le importa, porque tú no le importas, porque eres uno más, tan prescindible como el resto de millones que no podemos dejar de adorar su belleza tanto como su horror. Porque sólo ella es imprescindible, porque es la única CIUDAD. En ella todo sucede al mismo tiempo, todo es compatible, todo tiene cabida, porque ella es el centro, la referencia, en cualquier parte estás demasiado lejos de Nueva York.
En fin, lo que hay que asimilar en esa ciudad es tanto, tan variado y tan penetrante que voy a dedicar varias entradas solamente a lo que he visto allí, las impresiones que han quedado marcadas, indelebles ya, en mi conciencia. Como buen turista que soy -que no viajero-, que le encantan los hoteles de cuantas más estrellas mejor, los restaurantes en que te traten como dios y los cócteles bien combinados -!¿para cuándo el Día del Orgullo del Pequeñoburgués?¡-; digo, como buen turista tenía dos particulares ensoñaciones de guiri: sacarme una foto delante del Flatiron y otra en el Empire. En fin, todo llega. Y más feliz que una perdiz, se lo aseguro, ni siquiera cuando estuve delante de las Madonnas de los Ufizi me lo pasé tan bien.

Lo dicho. Y, sobre todo, especial thanks a NIEVES Y ÁLEX, por la noche indie en los garitos de Brooklyn, y a EDUARDO LAGO, director del Cervantes, que me recibió de la manera más amable posible, así como a todo su equipo. Por cierto, me leí su novela Llámame Brooklyn en el avión y es cojonuda.
Créanme: yo, como McArthur, volveré.

En las puertas de un sueño. No me podía quitar de la cabeza la escena de Deborah Kerr y Cary Grant en An affair to remember...

102 pisos después, 1860 escalones, 381 metros...


Con Eduardo Lago, en el Instituto Cervantes.

| viernes, 13 de junio de 2008 | 4:07


EL MARFIL DE LA TORRE SE VA A TOMAR UN PAR DE SEMANAS DE DESCANSO, HASTA EL 28 DE JUNIO. ME MARCHO A NUEVA YORK. MUCHAS GRACIAS A LOS LECTORES QUE ME SIGUEN, ESPERO ENCONTRARLES A LA VUELTA. DISFRUTEN DE LA INMINENCIA DEL VERANO.

| jueves, 12 de junio de 2008 | 9:27


Entre el azar y la fatalidad, siempre hay un pequeño espacio donde cabe la voluntad.



CODA: siempre he sido un nietzscheano convencido...

| miércoles, 11 de junio de 2008 | 0:47


LA BELLEZA


La belleza salvará al mundo. Si hasta el mismo Dostoievski estaba convencido de ello, quiénes somos nosotros para lograr esquivar los músculos bajo la piel, la irreductible retórica de la belleza que desequilibra sin complejos cualquier argumento cerebral. Los cuerpos entrenados, la exterioridad, los tendones esplendentes, la fascinación de la contemplación. Ninguna guapa desea la suerte de la fea, porque nadie, nadie es ajeno a la belleza. La pasión necesita un cuerpo, un objeto tangible, un recipiente, un envase donde recrearse. Nada, nada nos hace más felices que ser tocados y los grandes almacenes nos bombardean con figuras que despiertan nuestro deseo polinizador, porque somos superficiales y porque, como ya sabía Valéry, lo más profundo es la piel. Las altas temperaturas se encargarán de hacer el trabajo sucio y llenarán las calles, las discotecas, las playas y los dormitorios de cuerpos barnizados de sudor, de belleza que transpira. Cuerpos que se balancean con ritmo, que se contonean, que muestran los escorzos de sus cuellos, el precipicio de los rombos de Michaelis, los tattoos con cenefas maoríes que cubren al completo los brazos, los soles y los caballitos de mar en los tobillos, los delfines en los omóplatos… La belleza ya no está en El Prado, sino en los vídeos de la MTV en los que no hay rotos ni descosidos. La belleza mueve el mundo tanto o más que el dinero; es una energía renovable y cuesta su peso en oro hasta el punto de que Cryos, la mayor empresa exportadora de esperma del mundo, tiene su sede en Copenhage y entre sus proveedores está lo más selecto de la juventud danesa, llevando a más de cincuenta países los genes vikingos de ojos azules que tan peligrosamente se acercan a un canon universal de belleza. Esa belleza que desata nuestros complejos y ha puesto ya a régimen a un millón de mujeres sólo en la provincia de Madrid, entre los 16 y los 50 años, que pretenden embutirse en la imposible talla 32. La belleza es platónica, es decir, justa, ética y verdadera, pero al tiempo injusta, efímera y peligrosa, como dictaba Karl Lagerfield. Un dios único que odia lo marchito, lo vetusto, lo decrépito, lo reseco, lo esclerótico, y que sentencia a través de los espejos, dictando penas de bótox y bisturíes, horas y horas de calorías quemadas en los gimnasios, estafas de productos mágicos para recortar perfiles, dietas de pollo y piña, extrañas pastillas de efectos irracionales que pueden poner en riesgo la salud de los devotos. La belleza nos da la vida y nos roba la cartera, nos hace felices y nos quita el aliento, nos besa primero y luego nos adelanta por la derecha. Ángel o demonio… sensual, plástica, irresistible… depresiva, traumática, obsesiva… Decidan, decidan ustedes, y recuerden que, según Dante, los peores lugares del infierno están reservados para quienes en los momentos decisivos mantienen la neutralidad.


| martes, 10 de junio de 2008 | 0:58


DEJEUNER SUR L´HERBE

Hace años que me sé este poema de memoria, los mismos que he olvidado quién lo hizo. Quizás alguien lo recuerde...
¿Qué haces ahí desnuda
sobre la hierba como
una lámpara?
No es de noche, ni entienden mis amigos
de claridades
¿Sueñas?
Lo hubiera imaginado sin que tú
lo dijeras.
Ya sabes, últimamente sólo por el sueño
coincidimos en sitios como este.
Entra a vestirte;
deja caer alguna ropa sobre tu piel,
pues pronto vamos a despertarnos
y hará frío.

| sábado, 7 de junio de 2008 | 0:57




DÍA DE CHILE EN MADRID
Con motivo del Día de Chile en la Feria del Libro, me invitaron a un cóctel organizado por la embajada del país. Una recepción exquisita con música de cámara. Muchas gracias a Carlos Franz, cónsul de Chile, por acordarse de mí. En la foto con Jorge Edwards, José Miguel Carrillo y Jorge Eduardo Benavides.



| viernes, 6 de junio de 2008 | 15:49

FIESTA DE PUNTO DE LECTURA
Ayer estuve en la fiesta de Punto de Lectura, en el Florida Park, celebrada dentro de los actos que se suceden en la Feria del Libro. Muchas gracias por la invitación y por cómo han tratado a la edición de bolsillo de El tiempo de los emperadores extraños. Pero sobre todo mi agradecimiento a los comerciales, unos profesionales como la copa de un pino que hacen posible que mi novela esté en las tiendas. Os debo una caja de champán: yo cumplo.

CODA: en puntodelectura.com, sección multimedia, han colgado otra intervención mía en una mesa de la Feria del Libro. A lo mejor se ríen y todo.















| jueves, 5 de junio de 2008 | 0:01


NOSTALGIA DEL CAZADOR
Hace un año y pico, cuando estaba promocionando los emperadores extraños, recuerdo que una de mis paradas fue Valladolid. Recuerdo también que allí me presentó un escritor local, llamémosle J., de unos 60 años, un tipo entrañable y muy sabio en sus apreciaciones, y que tenía un estilo de dietario parecido al de Josep Pla. Recuerdo que durante la comida y cena que compartimos yo no paraba de tomar notas mientras él hablaba, ciertamente era todo un personaje capaz de soltar frases del tipo "el mayor espectáculo del mundo es la bondad" de una manera natural, sin impostación, como si pidiera el pan u otra botella de vino. Toda una veta aurífera para un escritor.
Esa noche, después de la cena, fuimos a pasear por la plaza mayor de Valladolid. Y recuerdo que en un momento dado de nuestra pausada conversación, cruzaron por delante un grupo de adolescentes, unas primorosas, turgentes y escandalosas lolitas que, en aquella noche de viernes, se dirigían hacia la zona de copas. Cuando pasaron él se detuvo, y las siguió con una mirada melancólica, de una profunda nostalgia. Luego me cogió del brazo con fuerza y me dijo:
-Ignacio, tú todavía no lo entiendes, pero créeme: en el instante en que dejamos de cazar, en cierta manera, empezamos a morir.

| miércoles, 4 de junio de 2008 | 0:02


LOS SIGLOS CONTADOS


Los libros tienen los siglos contados. De momento, ésa es la conclusión que extraigo de mi estancia en la Feria del Libro de Madrid. Ese objeto sentenciado -lo queramos o no- por las nuevas tecnologías parece que no acusa la crisis, creciendo su facturación en un 6%, dicen que por la confluencia de los fenómenos superventas como Zafón o Ken Follet, por la reducción de los programas de los grandes grupos, por el incremento de la compra de las bibliotecas públicas, por el dinamismo de las pequeñas editoriales, por el crecimiento del número de lectores y por el darwinismo que hace que las pequeñas librerías que sobreviven se conviertan en algo parecido a esas bacterias que han aprendido a blindarse genéticamente contra los antibióticos. Si acaso, se ha producido un fenómeno singular, y es que las horquillas de ventas se han extremado, es decir, que lo que se vendía bien ahora se vende muy bien y lo que mal, ahora fatal. Totalizando, se editan al año 70.000 títulos, y la industria editorial mueve unos 4.000 millones de euros, lo que se traduce en el 0,7% del PIB.
Al margen de los autores como marcas comerciales, del libro como espectáculo, de su mercantilización, de los circuitos literarios, de la mercadotecnia, de todo ese funcionariado del espíritu, con su profusión y bullicio, queda la experiencia individual, el placer de leer. El libro como objeto desaparecerá algún día, cuando los soportes digitales logren la calidad necesaria, pero la literatura permanecerá siempre, porque su materia es la imaginación del lector, y ésta no tiene límite. Es una experiencia intensa, apasionante, personal e intransferible, que está muy por delante del comentario oficial de la crítica, siempre anclada cien pasos por detrás del lector medio. Porque la lectura no ha de ser fatigosa, ni seria, ni rigurosa, ni tediosa, ni abominablemente aburrida, como promulgan los cenizos de siempre, que siguen confundiendo profundidad con pesadez, sino divertida, luminosa e iluminadora, entretenida, emocionante e inolvidable. Como El Gran Gatsby, como Memorias de Adriano, como El Conde de Montecristo, como Crimen y Castigo, como El amor en los tiempos del cólera, como El hombre rebelde, como lo que ustedes quieran.
Tan así tiene que ser, que cuando entramos en una biblioteca o librería, sentimos esa silenciosa excitación ante los anaqueles ordenados y prometedores con historias de hoy y de hace siglos, igualmente frescas; ese estrés ante la demora que tenemos por delante para pensar el sentimiento y sentir el pensamiento. Basta ya de hablar de libros para minorías, de imposturas aristocráticas, de gran literatura: literatura sólo hay una, y nos pertenece a todos, como nos pertenecen a todos Homero, Cervantes o Celine. La literatura es una virtud que nos hace la vida más llevadera, nos da más profundidad de visión, más herramientas de juicio, más espíritu crítico y nos enseña a mirar, a ser más conscientes, más intensos, más lúcidos y por lo tanto más reales. Y al mismo tiempo es nuestro segundo rostro, caprichoso, desordenado, contradictorio, nebuloso, como lo son todos los vicios impunes.

| lunes, 2 de junio de 2008 | 1:27

BOCATTO DI CARDINALE XIX

Escribo esta entrada aún con el prodigio en los ojos. Quería que compartiesen conmigo al grupo Portishead, la novela Parejas de Updike, de quien soy un gruppie desde que leí Corre Conejo, y un par de pelis, La banda nos visita, un encaje de inteligencia, amabilidad y delicadeza, y Monstruoso, realmente un film diferente. No obstante, la gran sorpresa es LA NIEBLA. La he visto por casualidad, ya que las palabras cine y Stephen King nunca han casado demasiado, pero he terminado el film con una auténtica sensación de maravilla.
LA NIEBLA está muy, muy cerca de ser una obra maestra. Es una alegoría política sin pedanterías ni doctrina, tiene terror, elementos sobrenaturales, acción y amor/humor sabiamente dosificados, pero sobre todo tiene un final... un final claustrofóbico, sin concesiones, impactante, ¿esperanzador?... Menudo, menudo final.


TITULO ORIGINAL: The mist (2007)

DIRECCION: Frank Darabont

ACTORES: Thomas Jane, Marcia Gay Harden, Laurie Holden, Andre Braugher, Toby Jones, Bill Sadler, Jeffrey Demunn, Frances Sternhagen, Nathan Gamble.