El marfil de la torre cierra sus puertas hasta finales de julio. Me tomo un tiempo de descanso y paseos. Muchas gracias y espero tenerles conmigo a la vuelta.
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11 comentarios:
Disfruta de las merecidas vacaciones, y tengo que reconocér que me das envidia, aún queda hasta mediados de agosto, que será cuando yo empiece las mias.
Saludos.
Descanso merecido sin duda después de la vorágine de los últimos meses. Feliz recarga de energía.
Saludos
Aprovecha al máximo el descanso,las mías no llegan hasta la primera quincena de Septimbre, y las veo lejanísimas, aunque todo llega.Por cierto,no se si tienes en tu poder la lectura que te prometí,si es así disfrutalá.
Saludos.
Muy "polite" con tu despedida.
Disfruta del descanso, Ignacio, y de todo lo que tienes que celebrar. Los cuarenta bien llevados, la peli, los éxitos en todos los aspectos....estás en racha.
YO seguiré por aquí al pie del cañón. Con exámenes de septiembre en julio,¡toma ya!....cosas de la boloñesa.
Hasta la vuelta, D.m.
Be happy!
Sana envidia siento Ignacio al ver que te vas de vacaciones. Disfrútalas que realmente son merecidas, tan solo con seguir tu blog se ve el movidito año que estás llevando. ¡A descansar toca!
Te esperamos a la vuelta. Saludos.
Muchas gracias a todos. La verdad es que me siento vacío en todos los sentidos, necesito un tiempo de descanso y otro de acumulación, creo que un mes bastará. Hasta pronto.
Espero que la Feira de Libro de Oporto también tenga derecho a una fotos,nel tuo blog, no? Portugal no es solamente Lisboa...e a Oporto la tua presencia tambiém ha sido molto apreciada.
Un beso de Oporto
Helena Marques
Por supuesto, además Oporto es una de mis ciudades preferidas, pero me temo que la semana antes de la feria ya llegué con el combustible justo y tenía que cerrar frentes. Las fotos están en Facebook y twitter. De todas formas haré un especial Oporto en mi sección Gastronomías. Saludos.
Veo que aún no ha resucitado tu blog....Buena señal de que prolongas tu asueto.
Yo, en breve, me tomaré vacaciones, no sin antes pasar por el taller de reparación la próxima semana. Dios, que aprieta pero no ahoga, me ha enviado un tumor…pero benigno. Como decía Woody Allen, ese director que no te gusta mucho, son las dos palabras más bonitas que puede oir una persona: “Es benigno”. Pero hay que limpiar y servidora, que es una chica con suerte (con los hombres sobre todo), pero también con los médicos, tiene mucha fe en que todo vaya bien. No obstante, por si acaso no resucitara yo de la anestesia general, que sepas que ha sido un placer pasear por el Marfil….
Yo, que habito laboralmente una torre – pero no de marfil – me he recreado con ello. Ni con el mejor de los pronósticos estaré recuperada para asistir al debate sobre “La cruda realidad”; que te vaya bien este año, en el lugar de la discordia entre la Academia y el arte. Discordia que verdaderamente no entiendo, porque deberían ir de la mano. Y los muros de la Torre de Marfil en la que se nos acusa que vivimos, se tornan este año de hojalata..En fin. ¡Qué le vamos a hacer!.
Por cierto, ¿cómo se llama este blog?.
Aaaaaaaaay Señor, ¡¡qué casualidades tan casuales tiene la vida!! ¿verdad?.
Hasta septiembre, Ignacio. D.m., of course.
Vaya, me disgusta oír eso. No obstante creo que ahora la medicina tiene a ese demonio metido en la botella. No te preocupes, seguirás tomando buenos vinos, oyendo a Chopin y cuidando de tu hijo por muchos años. Lo creo. Un abrazo.
Gracias por tus palabras de ánimo, Ignacio. De veras...
¡Vaya por Dios!. Casi me siento culpable de resucitar tu blog antes de lo previsto, a finales de julio, según lo dicho.
Estoy recogiendo el despacho...por si acaso otro tiene que venir a ocuparlo.
Seguiré dando guerra, por supuesto. Entro a quirófano este jueves...total cuatro horas y media si no hay complicaciones...Nada. Ya estuve siete, hace 20 años. Sin problema.
Y tengo que resucitar; por supuesto. Tengo DOS hijos que cuidar. El DOS es mi número favorito. Tenían que ser DOS. Un niño de cuatro añitos y una preciooooosa niña rubia, que pronto cumplirá nueve meses. Así que fíjate si tengo motivos para vivir. Hasta los 122 años, según mis planes.
Oyendo e interpretando a Chopin. Claro que sí.
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