| sábado, 1 de septiembre de 2007 | 23:58



PEQUEÑO MANUAL DE AUTOAYUDA
(primera parte)



Creo en mí porque algún día seré todas las cosas que amo.
Cernuda.




En la vida, o das forma a tus deseos o acabas siendo borrados por estos. Por eso hay que emplear tanto tiempo y esfuerzo en darles forma, porque la felicidad no existe sin el éxito en esa empresa. El paso esencial para lograrlo es identificar lo que se desea, es decir, lo que se quiere ser. Elabore usted una lista de deseos. Ciertamente, ésta es una de las cosas más difíciles en la vida, pero una vez que se han fijado los objetivos, la cosa cambia. Claro que hay que ser realista en las aspiraciones; ya Cervantes advertía que cada uno se fabrica su sino con los materiales que le son dados, y nadie puede construir una casa con hoz ni segar con martillo. Cuando tengamos claro para qué servimos, debemos empezar a aplicar la energía más de poderosa del mundo, mucho más que el vapor, la electricidad o incluso la energía atómica: la voluntad. Una voluntad que se debe traducir en trabajo, frontal, directo, instantáneo, unidireccional. Veinticinco horas de trabajo diarias. El éxito tiene un componente de azar, pero lo cierto es que la mayoría de las veces es una coincidencia entre la oportunidad y la preparación. Cuántas más balas introduzcas en un tambor, tantas más probabilidades tienes que la pistola dispare. No obstante, el mayor peligro que correremos no es tanto la pereza física como la atrofia de la voluntad, ya que todo acto que queda fuera de la inercia implica una voluntad infinita: es preferible recorrer un kilómetro para comer que alargar la mano para coger un libro. En muchos casos el germen de esa atrofia puede ser el miedo al fracaso, por lo tanto debemos recurrir a un pequeño truco a la hora de tomar las decisiones que se nos ponen cuesta arriba: imaginar que tenemos a la Muerte a nuestro lado. Muchas veces ese miedo a perder nos hace dar un paso atrás; hay que ser conscientes entonces de que podemos morir en cualquier momento y que debemos aprovechar el tiempo. Cada vez que usted dude, póngase delante de un espejo e imagínese muerto. Les aseguro que las reacciones pueden ser sorprendentes. Durante el camino que le espera, también hay que tener meridianamente claro que le pasarán muchas cosas, unas malas y otras peores, pero no es importante lo que nos sucede, sino lo que haremos con lo que nos sucede. Nunca hay que darse por vencido, porque el éxito es ante todo mental, nosotros somos nuestros peores enemigos y nuestros mejores amigos, y nuestro potencial es infinito, tanto para hundirnos como para elevarnos. Pero estamos aquí para lo segundo, para responder con la acción a nuestro entorno y modificarlo. Y a base de insistir en esta dinámica, al principio podrá parecerle incomprensible a mucha gente, luego ligeramente raro, y al final tendrá identidad, y eso significa éxito, o lo que es lo mismo, felicidad. Carácter es continuidad…



CONTINUARÁ…