| miércoles, 12 de septiembre de 2007 | 15:44




A los diseñadores de ahora no les gusta que las modelos sonrían en la pasarela.


Ya, es muy sombrío, ¿verdad? Esas chicas me asustan. Yo vengo de una era en la que no había cámaras de vídeo para grabar los desfiles, así que había que hacer que la gente los recordara. Aún me encanta cuando se me pierden los pendientes, o se me cae el bolso, o alguien pierde los zapatos. Así es como se recuerdan los desfiles, cuando pasa algo.


Fragmento de la entrevista a Jasmin Le Bon en View of the times.

2 comentarios:

Portarosa dijo...

Alguna gente es tan tonta que se cree que poner cara seria te hace más profundo y misterioso, o algo así.

Un saludo.

Unknown dijo...

A mí no me gusta cuando pierdo los pendientes, pero convengo que lo que dice es esencial para la magia de un espectáculo.
Hay gente que es seria simplemente porque la vida le ha hecho seria, no creo que haya voluntad de misterio en una persona medianamente madura. El misterio nos rodea a todos, está afuera, no dentro. Creo que la gente de la moda trata de vender una imagen de belleza de mujer fatal. A mí es una belleza que me parece muy atractiva pero es porque me recuerda a personajes atormentados, y a mí me gusta jugar con personajes, y los personajes felices como es sabido no tienen historia. Por eso, cuando veo a una modelo, veo a un personaje, que es lo que acaban siendo actualmente. Personajes arquetípicos de una mujer utópica, que no pierde los pendientes, ni se le cae el bolso... Las de verdad
contribuimos mejor al espectáculo, según las palabras de esta mujer.