Les aseguro que estos castillos no están levantados en el aire ni son de arena. Las dos primeras fotos es el castillo de Oropesa, que yo me hubiera pensado dos veces antes de asaltar, la penúltima foto es el de Trujillo, que directamente ni me hubiese planteado. Y desde sus murallas, una sorpresa: el jardín secreto de una finca, insospechable a ras de clase media.
Piedras preciosas III: Oropesa, Trujillo y el jardín secreto
De IGNACIO DEL VALLE | sábado, 30 de agosto de 2008 | 11:56
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1 comentarios:
Siempre que veo construcciones así me digo lo mucho que me hubiese gustado vivir en esa época en la que las mujeres iban con esos vestidos complicadísimos y esas fortalezas estaban llenas de gente que iba y venía, verlas vacías me produce una especie de melancolía. Y me cuesta abandonarlas cuando las visito. Quiero verlo e imaginarlo todo. Es sensacional.
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