| viernes, 11 de enero de 2008 | 2:56


POR QUÉ ME GUSTA POPPER
Me gusta porque sus principios se oponen críticamente a los dogmas morales inamovibles y a los monopolios políticos de la verdad, me gusta porque no cree en las teorías y utopías salvíficas, me gusta porque es consciente de los límites de nuestro conocimiento, o lo que es igual, de la omnipresencia del error, me gusta porque acepta que básicamente yo puedo equivocarme y tú tener razón y que juntos podemos seguir acaso el rastro de la verdad, y me gusta porque considera que la libre concurrencia de puntos de vista en democracia es la única forma racional de confrontación política y porque asume explícitamente la crítica de lo existente como motor de progreso.
Pero sobre todo me gusta porque cada vez que le leo me acuerdo de mi crápula preferido, San Agustín, y de que todo esto lo resumió siglos atrás, en una frase de sus Confesiones, la mayor declaración de amor en la historia de la literatura:

Te amo

por eso quiero que seas lo que eres.