PARA ESTA NOCHE
Poder decirle que no pido nada más que no estar solo esta noche, la piel caliente y una sola palabra perdida que yo pueda recoger, un insulto, una palabra dicha para mí, un movimiento, algunos pocos pasos frente a mis ojos, algún círculo de su mirada que pueda incidir momentáneamente en mi cara, en mí que no quiero estar solo esta noche, que necesito en algún minuto de esta noche no estar solo, necesito comprender que ella sabe que estoy aquí, que puedo golpearla, y no la golpeo, que la estoy mirando y que no es amor, que no hay ya nada mío que quiera juntarse con ella, ni amor ni cariño ni el rencor, que nada tiene que ver ella conmigo, inclinado en la butaca para mirarla rezar, que ella está separda en este mundo donde es difícil respirar y la luz la observa impasible y el cachorro lanudo con una mancha en la cabeza trepa con los ojos cerrados gimiendo encima del montón de lomos y hocicos, de barrigas desnudas y rojas, ella, para siempre hundida aquí. Y yo no voy a estirar el brazo para sacarla, no voy a cubrir los tonos agudos de la canasta ni las eses de su boca, para decir que quiero no estar solo, simplemente, esta noche, que espero una seña, un movimiento, un pequeño grito, un sosiego y un silencio de sus labios para irme, sabiendo que hubo este veloz momento en la noche dentro del cual yo no estuve solo, dentro del cual estábamos, nada más, sabiendo cada uno que el otro también estaba, una apagada señal significa que pueda taponar en ella y en mí, que cierre por un momento la abertura de miedo por donde me voy escurriendo, el agujero en ella por donde se disgrega en el rezo, una simple cosa de piel o los ojos o la boca de ella para mí, de mí para ella, y recordar -aunque otra vez vuelva el miedo- el minuto, el segundo en que no estuve solo esta noche.
JUAN CARLOS ONETTI. Para esta noche.
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1 comentarios:
¡Que dificil el amor con todos sus matices!
Y si me lo permites, que dificil a veces de entender un texto como este...:)
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