Me preguntan en un correo que si pongo música para escribir. Así que de aquí al viernes voy a colgar algunas de mis bandas sonoras preferidas para darle a la tecla. Para empezar este Agnus Dei, que es indescriptible.
En algún otro lugar de este blog he comentado que lo bueno de la vida es ir añadiendo familia a la biológica. Aquí estamos Fernando Correa y un servidor durante la presentación de los demonios en la Feria del Libro de Panamá. Fernando es mi hermano panameño, un negro y un blanco, ambos de ilustre procedencia, o sea, que los dos venimos de Adán. Él está casado con su época, es flexible y barroco, y no se hunde ante las coerciones de la vida. Largas e intensas conversaciones sobre libros y política chupando cerveza, tequila y devorando langostas en Portobelo o chupando Long Island Ice Tea en Coronado. Gracias, Kameraden.
Por lo demás, dejo buena gente en la feria, gente que me ha hecho la vida más llevadera, que me ha estimulado, Briseida, Yadira, Larissa, Priscilla, Alonso Cueto, el hospitalario Juan David Morgan y su esposa Ana Elena, Luis Eladio Pérez, Guido… y Mónica, siempre Mónica, a tus pies futura Señora…
Y Panamá, con su chupadera y sus centollas y sus chivas parranderas y sus Demonios Rojos y su Istmo Brew Pub con Joel que me servía unos mojitos comme il faut y su lógica cuántica y su buena gente y sus posibilidades que brillan y su miseria y su opulencia y sus barcos que se elevan mediante sortilegios líquidos en el Canal y su Arraiján y su vaticanísimo Albrook y sus Perezosos que creen ir a toda velocidad y su calor asfixiante y húmedo y esos helados cremosos de Grandclement que se me antojan los mejores del mundo y sus huelgas que se interrumpen los fines de semana y su bestiario tropical y los restos de la civilización gringa y echo de menos Panamá.
Vamos a ver, asombrado estoy aún por la CAGADA, por la SALVAJADA, por la DESIDIA y por la ESTUPIDEZ de que he sido testigo en PORTOBELO. Una bahía perfecta, un paisaje fantástico, una fortaleza desde la que salía la Flota de Indias y por la que ha pasado UN TERCIO DEL ORO MUNDIAL durante el imperio español. Portobelo fue en una época uno de los puertos más importantes del mundo, pero ni Drake, ni Vernon, ni Henry Morgan ni William Parker lograron causar la destrucción que yo he visto. Cañones herrumbrados, ausencia de cureñas, el piso inundado, unas piedras que se van desintegrando, la Aduana cayéndose a pedazos, nadie que vigile el patrimonio, mientras al fondo el sol caribeño se hunde en el mar entre cientos de reflejos hipnóticos. Yo no sé quién se está llenando los bolsillos con la plata que debería emplearse en la rehabilitación y el mantenimiento de esta maravilla, pero habría que meterle un paquete. O dos. El CANAL creo que da suficiente dinero -y más que va a dar después de la remodelación-, como para emplear lo que sería una minucia en cuidar un monumento que no es sólo de Panamá, sino de todos. Y para contar la pobreza que rodea la zona necesitaría otro blog aparte. Una puta mierda, en serio.
Hay una región en el oeste de Panamá llamada Chiriquí, llena de valles esmeralda, embravecidos ríos y dominada por el volcán Barú. Mires donde mires hay suculentas plantaciones de café, fresas, arándanos, frambuesas y piñas. En la cordillera de Talamanca se despeñan los arroyos, y los bosques tropicales están envueltos en una niebla eterna que despide milagros espontáneos parecidos a arcoiris. Los granos de café dorados en la mano, olerlos, su profundidad, su intensidad, y más tarde su sabor en la taza en una experiencia que no se olvida...
La nota que le dejó Francis Scott Fitzgerald a Budd Schulberg en un cuarto de hotel define a la perfección el tono de su existencia, el suicidio a cámara lenta, el cansancio de todo: Colega no deberías haberme dejado colega porque me sentí solo colega y bajé al bar colega y empecé a beber colega y ahora nunca me encontrarás colega… Estas simples frases sin coma reflejan quirúrgicamente el desmoronamiento, el proceso ininterrumpido dedemolición que es la vida. Y cada vez que cito la nota, suelo completarla con otra de Agustín de Foxá: Y pensar que después de que yo muera, seguirá habiendo mañanas luminosas…
Quien ha muerto ha sido Budd Schulberg, el señor que hizo el guión de La ley del silencio, Más dura será la caída o Un rostro entre la multitud; el cronista de la época dorada de los estudios en Hollywood; el amigo de Robert Kennedy que creció escuchando a Charles Chaplin hablar de socialismo y viendo entrar y salir a Greta Garbo de su casa. Pero también el despiadado chivato que marcó su biografía en el 51, cuando delató a muchos de sus compañeros del partido comunista al Comité de Actividades Antiamericanas hundiendo vidas, carreras y haciendas. Aunque, sobre todo, para mí ha muerto el amigo de Scott Fitzgerald. Nadie como él reflejó al autor de mi libro preferido, El Gran Gatsby, utilizando como trasunto al personaje de su novela Los desencantados, el tierno y desgraciadísimo Manley Halliday. Su alcoholismo y su desesperada forma de amar eran los de Fitzgerald, su vida, una de esas vidas americanas que no tienen segundos actos, era incontestablemente la de Fitzgerald. Budd Schulberg supo que cuando esa vida llama a tu puerta y abres, dejas que entren muchas cosas más. Supo que a los 18 años las convicciones son montañas desde las que miramos, y a los 45 son cavernas en las que nos escondemos. Y por esoincita a Manley Halliday-Scott Fitzgerald a coger un avión y a comenzar a hacer una cosa que tiene prohibidísima: beber. La primera copa de champaña -esa que fue la última Chejov-, abre la puerta por la que entran muchas más cosas y convierte el resto de la novela en un grito, en una descorazonadora petición de ayuda, en el infierno tan temido. Y ahora sí, nunca me encontrarás colega porque no deberías haberme dejado colega porque me sentí solo colega y ahora nunca me encontrarás colega nunca nunca me encontrarás colega nunca nunca nunca me encontrarás…
Cenando con la Cosa Nostra ecuayorkina y mi amigo Ben Lana, recién llegado de hacer submarinismo en el Mar Rojo, estábamos escuchándole sus historias de tiburones tigre, corales fantásticos y todas esas visiones que vosotros no creeríais, como diría Roy Batty. Entre plato y plato, nos explicó los mecanismos de la inmersión, y cómo a 65 metros de profundidad los procesos mentales se ralentizan. Nos quedamos todos mirándole con el gesto de buscar un símil, y entonces cortó por lo sano:
-A 65 metros de profundidad las mujeres empiezan a pensar como un hombre, y los hombres como gusanos.
Recuerdo la primera vez que escuché a estos tíos, estaba buscando algo de Schubert y me encontré con esto. Vetusta Morla, sois buenos, muy buenos, como diría De Niro... Ahora a ver cómo se reinventan...
...como las grandes civilizaciones que siempre han creído ser el centro, al igual que los griegos dibujaban Grecia como una isla rodeada por el río océano, los incas llamaban a su capital Cusco (ombligo), los chinos se denominaban el imperio del centro o los estadounidenses sitúan América en muchos mapamundis en el eje de todo, yo ubico Ribadesella en medio de mi corazón. Porque al igual que aquel personaje de Kipling que afirmaba que yo soy más inglés que un nativo de las islas porque he elegido ser inglés, yo soy más riosellano que algunos porque lo he escogido. Y este finde cumpliré con el rito de adorar a esa serpiente multicolor que descenderá desde Arriondas, junto a miles de idólatras más, en el tren fluvial, en las riberas, junto a xanas, trasgos y tritones, vestidos con el chaleco y el collar de papel, y más tarde cumpliendo con la liturgia de la sidra, los bailes, los chiringuitos y el cachondeo. Mientras unos luchan por el triunfo, otros disfrutan del descenso y el resto se divierte. Ya sea usted remero o palista, portugués, asturiano, sueco o sudafricano, nuestro incienso de libertad, desenfado y tolerancia se elevará hasta el dios que tenga a bien atendernos, porque este fin de semana seremos su pueblo elegido. Eso está claro.
FIRMARÉ EJEMPLARES DE LOS DEMONIOS EN LA FERIA DEL LIBRO DE A CORUÑA ESTE JUEVES 6. SERÁ A PARTIR DE LAS SIETE, ESO SI EL CIELO NO SE CAE SOBRE NUESTRAS CABEZAS.
ESTA TARDE COMENZARÉ A COLABORAR EN EL PROGRAMA DE ARTURO TÉLLEZ EN ONDA CERO, LO QUE HAY QUE OÍR. SERÁ TODOS LOS LUNES DURANTE EL MES DE AGOSTO EN LA SECCIÓN CONVERSACIONES CON UN BURGUÉS. INFOTAINMENT, INFORMACIÓN Y ENTRETENIMIENTO GARANTIZADO.
LES ESPERO.
LES ESPERO.
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