Cuenta Gilles Jacob que en 1994 viajó a Los Ángeles para pedirle al viejo Clint que presidiese el jurado del festival de Cannes. Tenía reservada una mesa en el Four Seasons para almorzar, y cuando Eastwood entró en el comedor con el paso lento y suave de una gran fiera en movimiento, dijo en seguida que estaba de acuerdo. Luego pidió una hamburguesa y una copa de vino tinto. A continuación la tierra se puso a temblar. 5.9 en la escala Richter. Lo normal tratándose de Los Ángeles, pero mientras el terror se apoderaba de todo el comedor, rememora Jacob, Clint ni se inmutó. Jacob recuerda que estaba muerto de miedo y pensando que por lo menos morir con Eastwood le llevaría a la posteridad. Cuanto el terremoto acabó, 37 segundos después, Clint chasqueó los dedos y dijo: ¡camarero, la cuenta!
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2 comentarios:
De la anécdota que cuentas queda claro que Clint Eastwood no sólo ha hecho papeles de tipo duro, sino que lo es él mismo, dado que no se le mueve un pelo en tal situación.
Nunca se me ha ocurrido discutir de cine con un cinéfilo experto. Me limito a escuchar y tratar de aprender algo cuando me habla, entre otros tantos de los que admira, del tal Clint. A él le suena a herejía cinéfila que yo le diga que mi peli favorita de Clint Eastwood es “Los puentes de Madison”. Le pone del hígado, pero así es. No me ha convencido de lo contrario. La habré visto media docena de veces, fácilmente. Y en ella, Clint no hacía de tipo duro, o no precisamente.
Siempre he tratado de entender esa película, aparentemente tan fácil de entender. ¿Fue la de la magistral actriz (en el papel que representaba) una renuncia al amor, ergo a la felicidad?.
Lo podría haber hecho mucho mejor, creo yo. Eligiendo VIVIR ENAMORADA DEL HOMBRE CON EL QUE ELIGIÓ SEGUIR SU VIDA: SU MARIDO. Al margen del fiestón que se pegó durante 3 días (los que relata la peli) con un tipo muy deseable para pegarse un fiestón como es el duro de Clint. Fiestón que tiene un nombre un tanto feo: ADULTERIO.
Pues eso. La lista de mujeres felices la engrosan las mujeres que viven enamoradas de su marido, acompañante, pareja de hecho, novio o lo que sea. Y de esa lista, seguro que ninguna quiere quedar excluida. Trato y trataré de estar siempre en ella, por tanto.
No obstante, no por ser una romántica pienso que no es posible ser feliz de otra manera. Sería absurdo. Hay otras vidas. Seguro que Teresa de Calcuta fue feliz, además de una bella mujer. Seguro.
Los puentes es una grandísima peli, y esa escena de la lluvia memorable.
Para mi gusto su mejor filme es Mystic River, casi shakesperiano, con el monólogo de la madre-esposa al final. Terrorífico.
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