La eternidad efímera

| domingo, 11 de marzo de 2012 | 13:42


Ayer, en conversación telefónica con mi santa madre:

-Mamá, ya están saliendo las críticas en Francia de Los demonios de Berlín. !En Le Figaro dicen que soy un genio¡

-¿Genio? Sí, menudo genio estás tú hecho... si los franceses te vieran la nevera... Por cierto, ¿te queda comida de la que te mandé? Y cuando vengas acuérdate de traerme los túper, que la última vez...

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Jajajaja... estas madres!!!

IGNACIO DEL VALLE dijo...

Nada como una madre para aplastar cualquier tentativa de ensoberbecimiento :)

Dar dijo...

Sic transit gloria mundi, jaja

Begoña Argallo dijo...

En una madre existe una lucha constante entre el orgullo materno y mantener a los hijos justo en su sitio...y nada la distrae.
Saludos

Rodericus dijo...

Nunca es uno profeta en su tierra, y mucho menos, en su casa.

Saludos.

Anónimo dijo...

Se puede ser un genio y no saber cocinar, o no tener tiempo para ello ¿verdad?

IGNACIO DEL VALLE dijo...

Ni soy un genio ni tengo idea de cocinar, aparte de las funciones básicas para sobrevivir. Pero la conversación no tenía desperdicio, un monumento al control de la vanidad.

Saludos.

Sandra Sánchez dijo...

Habría que verle la sonrisilla de orgullo a tu madre cuando colgó...
;)

Jorge de Manila dijo...

Amigo, la lógica de tu madre (y la de la mía) es inapelable. ¡Larga vida a ellas!

IGNACIO DEL VALLE dijo...

Larga vida.