En la T-4, buscando la puerta de embarque de mi avión este agosto, entramos un grupo en uno de los ascensores acristalados. Fue uno de esos momentos en que todos se quedan aguardando a que baje sin reparar en que nadie ha tocado el botón. Al cabo de un rato, una voz con acento argentino:
-Bueno, señores, me temo que alguien debería tocar el botoncito. El cacharro es inteligente, pero no listo.
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4 comentarios:
Bienvenido otra véz a la rutina y normalidád.
Esa situación es un sintoma de la despreocupación generál imperante.
Si un dia, nuestro progreso llega al limite de que todas las necesidades de nuestras sociedades se solucionasen pulsando una única tecla cada dia, habrá que obligár a álguien a hacerlo a punta de pistola.
Un cálido salúdo, espero que hayas disfrutado de este parentesis.
Había una alegoría muy interesante sobre el tema en Wall-E, la peli de Pixar.
Es de las pocas de Pixar que me he perdido, tendré que pasarme por el videoclúb.
Por cierto, he visto que en la página de Hixlibris publican una reseña de "Los Demonios de Berlín". Echale un vistazo, te llevarás una grata sorpresa.
Saludos.
Corrijo, es la pagina de Hislibris. Esta tarde estoy algo espeso. Te dejo el enlace de todas maneras : http://www.hislibris.com/los-demonios-de-berlin-ignacio-del-valle/
Saludos
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