¿Qué se puede pensar de un país que recorta un símbolo, una metáfora, una matriz de la cultura, el pensamiento y la creatividad? Poco, muy poco, apenas nada. Pues eso es lo que acaba de suceder en España. La Biblioteca Nacional, la cuarta en importancia del mundo, repleta de joyas bibliográficas, manuscritos, incunables, impresos, monografías, carteles, dibujos originales, grabados, estampas, documentos sonoros, postales… y sobre todo silencio, ese silencio que nos protege, tan necesario para atrapar las ideas, ha sido relegada a un círculo inferior del infierno burocrático. Qué diría Dante. Así, todos vosotros, los que estáis, Tolstoi, Queiroz, Balzac, Sthendal, Larbaud, Victor Hugo… en algún metro de los kilómetros de estanterías, aquellos a quienes puedo oler, tocar, sentir, abrir… que me habéis aturdido y admirado con vuestra belleza, que me habéis ofrecido una baraja de posibilidades, una exuberante variedad extendida sobre el tapete, ejerciendo vuestra amable satrapía sobre mi imaginación, sobre mis facultades intelectivas y volitivas, ahora os halláis amontonados en un despacho sin calefacción. La Biblioteca Nacional es la memoria de un país, una formidable concentración de energías contenidas en el edificio de Jareño y Alarcón, en el paseo de Recoletos. ¿Se puede saber a quién se le ha ocurrido colocar un manta roñosa encima de tal haz de emociones, intuiciones, afectos y experiencias? ¿A qué podemos aspirar si todos esos libros que nunca terminan de hablarnos, como decía Italo Calvino, que jamás dejan de explicarnos a nosotros mismos, ni dejan de ser nuevos, inesperados e inéditos, y que son equivalentes del universo, como antiguos talismanes -y sigo citando a Calvino-, a qué podemos aspirar, repito, si son sistemáticamente relegados a una categoría de tercera regional, a un chamizo jerárquico? De puño y letra de la Biblioteca Nacional hemos amado y odiado, esperado, acechado, reído, coqueteado, comprendido, asediado. ¿Cómo pueden arramblarla, dejar que se oxide algo tan chamánico que nos obliga a mirar en nuestro interior, a sumergirnos en nosotros mismos? Definitivamente no sé qué diría Dante, pero sí sé lo que afirmaría Octavio Paz: una nación empieza a corromperse cuando se corrompe su sintaxis.
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12 comentarios:
Me perdí.¿Qué le van a hacer a la biblioteca nacional? Restaurarla, vaciarla, demolerla, cerrarla...
Soy torpe lo sé, debe ser parte de mi encanto :/
Recortar presupuesto y estatus.
A las buenas.
Pues………….las cosas son así, me han contado que el “escaparate” que ha escogido la izquierda para que se conozcan sus líneas maestras es un programa de T5 que se llama La Noria, esa es su visión de la “intelligentsia”.
Pero en fin nada que deba sorprendernos los izquierdistas mas “universales”, Stalin, Castro, Mao, ¿Chavez?. estan a la “altura” de la Noria.
Ah,pues está claro se requieren ignorantes. Son necesarios los ignorantes para que nadie entienda porqué no recortan políticos, gastos políticos, ministerios, se bajan los sueldos a sí mismos, sus pensiones y dejan de hacer el indio. Es lo que opino. Gracias por la aclaración.
Ahora no recuerdo quien dijo esta frase, pero me ha venido a la cabeza al leer el comentario sobre la Biblioteca :"Pobre cultura si estuviera en manos de politicos y funcionarios".
La cultura no tendría que sufrir las consecuencias de la crisis.Dicen que el saber tiene un componente cultural ¿Dónde está?.
Un saludo.
Aviso: hoy voy a estar de acuerdo con el artículo (¿Qué nos espera la próxima vez? ¿La privatización de la gestión?) y discrepar parcialmente con dos comentarios.
Primero, con Ilsa: la cultura en forma de los archivos de la Biblioteca Nacional, y de casi todas las grandes bibliotecas-archivos del mundo, está en manos de FUNCIONARIOS desde siempre, personas altamente cualificadas que cuidan y amplian sus fondos, que ayudan a los investigadores a orientarse en ellos etc. Creo que se merecen reconocimiento y apoyo en estos momentos difíciles.
Segundo, Tineo: Después de su análisis clarividente de la especulación inmobiliaria me he quedado perpleja leyendo su comentario de hoy. Dejando de lado el debate sobre en qué exactamente se pueden calificar "de izquierdas" las políticas socio-económicas del gobierno del P(SO)E, me parece que comparar a José Blanco para criticar su actuación seguramente ridícula e inadecuada con Stalin o Mao degrada el debate democrático. Igual que no tiene ningún sentido comparar a Aznar o a Sarkozy con Hitler, Varela o Fernando VII. Igual que la derecha puede enorgullecerse de políticos como Konrad Adenauer, Helmut Kohl o Charles de Gaulle, la izquierda puede enorgullecerse de personas, "izquierdistas universales", como Olof Palme, Willy Brant o Lula da Silva, políticos democráticos que todos, por cierto, lleva(ro)n a cabo una política socio-económica mucho más a la izquierda que el actual gobierno del P(SO)E, tan amigo de la banca. ¿No sería mejor que esto se pareciera más al debate de ideas al estilo Burke versus Paine, salvando las distancias, que al aquelarre de Intereconomía con sus calificativos exagerados y generalizaciones injustificadas? Un saludo.
Tan sólo puedo decir una cosa: ¡¡VERGONZOSO!!
La Biblioteca Nacional, una de las pocas instituciones públicas donde su trabajo se aprecia en la cantidad y calidad de buenos proyectos realizados, en marcha y por hacer, donde su “poder” llega del buen hacer, de la preocupación real de unas personas que trabajan a gusto donde su labor viene recompensada día a día cada vez que mantienen y difunden la cultura con sus proyectos, intentando mantenerla a flote en un país donde hace aguas a pesar de las grandes posibilidades culturales que ofrece.
Parece que realmente llega a importar más la ambición personal de unos cuantos que la cultural y donde el buen hacer es envidiado.
Existen partidas verdaderamente pesadas, en cuanto a gasto, cuyo recorte sería más eficiente para las arcas públicas. Como por ejemplo, eliminar algún Ministerio (o integrarlo en otro) así como servicios o gastos/dietas ministeriales.
Lo más triste o ridículo de todo esto es que la propia ministra reconozca que se trata de "una poda de cargos más simbólica que económica".
Lo de la Noria ha sido de película de terror.
Por suerte para nuestras neuronas llevamos dos semanas sin tele...qué felicidad :-)
El poder siempre le ha temido a la cultura. El poder nos quiere lerdos, imbeciles, gritones, irreflexivos y antojadizos con la última novedad de la moda.
No levanteis la voz, decidlo en voz baja pero la cultura vive, y solo cuando ese susurro les llegue como un runrun lejano trasmutaran su cara y comprenderan que el tiempo le ha alcanzado.
Saludos
Sencillamente, bochornoso. No imagino a los americanos recortando los fondos para el mantenimiento de la biblioteca nacionál de Washington.
Deberian empezár a recortár en coches oficiales, viajes a cuenta del estado de dudoso interés y provecho, salvo publicár algúna fotografia en la prensa, dietas escandalosas, comidas oficiales, alguna docena de asesores, y finalmente sús sueldos.
Porque si los del gobierno, hubieran cometido este "fiasco" en una empresa privada, ahora mismo estarian en la cola del INEM, para darse de alta.
Hola,
Estoy de acuerdo con lo que comentais, todos tenemos claro la cálaña de los que nos dirigen pero lo que hace falta también es un poco de acción. Acabo de volver de Francia, el otro día 4000 medicos y personal sanitario cortaron la principal estación de París, afectando a miles de viajeros.Protestaban por lo que también pasa aquí, privatizaciones y peores condiciones laborales. Y al parecer, afectados incluidos estaban de acuerdo en que hay que hacer cosas como esa para que los politicos se enteren.Ayer parece que habian conseguido lo que pedian, aunque tendrán que pagar una multa muy alta por haber cortado las vías del tren.
Aquí solo nos movilizamos por el futbol. Por cierto que Vueling el día del partido, me cancelo el vuelo de regreso una hora antes de salir porque había otras prioridades.Me llevaron a un hotel de las cercanías y me tuvieron todo el día siguiente esperando el vuelo.
Por cierto, mi admiración por lo que he visto y aprendido de nuestros vecinos del norte.
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