Este libro de Heidi Holland es una interesante variación sobre la banalidad del mal de la que nos hablaba Hannah Arendt. La psicobiografía de un líder desconcertante y destructivo, Robert Mugabe, que pasó de héroe y libertador de Zimbabue a perder la gracia y erigirse en un mal que susurra, al igual que hace Aguirre al final de la película de Herzog, un mal que te incita a acercarte para intentar escucharle, para entenderlo. “Monstruo” etimológicamente hablando significa aquello que señalamos con el dedo, y la periodista va señalando las estaciones de este Robespierre negro, el proceso de transformación, la confluencia de factores que provocaron que un individuo bienintencionado quedase encerrado en las mazmorras más profundas y paranoicas de su psique. No obstante, Heidi Holland, cual mosca cojonera, no se limita a apuntar sólo al dictador, sino que busca cómplices en las actitudes intransigentes de la minoría blanca de la antigua Rodhesia, en la desidia del Reino Unido, en las viejas rencillas tribales, en la laxitud de las instituciones europeas; donde hay un títere, ella va a por su cabeza no para exonerar al monstruo, sino para extraer las lecciones que puede dejar para la historia. A la postre, lo realmente estremecedor es que Mugabe no es más que un hombre, un individuo que al mismo tiempo que mandaba exterminar a miles de congéneres daba clases a su jardinero o hacía reír a su esposa con imitaciones. Lo terrible es que no resulta más que un espejo donde todos nos podemos reflejar y comprobar cómo, en las circunstancias adecuadas, podemos ir paulatinamente confundiendo el bien con el mal porque todo nuestro código llega a basarse en las propias aspiraciones políticas. De lance en lance acabaremos buscando un enemigo exterior para justificar nuestras acciones, como bien argumentó Canetti, y nos apartaremos de la realidad, de la conciencia de nuestra falibilidad y mortalidad, hasta convertirnos en una caricatura que se mantendrá a distancia de cualquier evidencia de que no somos la imagen que nos hemos creado de nosotros mismos. Seremos entonces Tony Montana hundiendo el rostro en una montaña de coca, seres con los pies en el aire, cosas muy viejas que bajan por la colina, como escribía Bertold Brecht, y quieren hacerse pasar por algo bueno.
El mundo es como Zara. Un mundo en el que un modelo de dos temporadas es jurásico. Ahora nos vestimos doce meses al año, y cuando entramos en las tiendas queremos ver siempre cosas nuevas, a estrenar. Nuestra ansiedad va al ritmo de una sociedad que compra bañadores cuando nieva, nuestro estrés busca una renovación permanente en todos los ámbitos. ¿Si no qué sucede? Que nos aburrimos. Nadie limita nuestra voracidad porque todos quieren que compremos, y a nadie se le ocurre utilizar ya la arcaica estrategia de los dos grandes bloques anuales de venta.
Zara envía a nuestras vidas prendas nuevas dos veces por semana y se ha llevado por delante a la alta costura, que ya se ha mimetizado lanzando ocho colecciones al año, no vaya a ser. Inditex ha inyectado velocidad al mundo al igual que Supermán cuando en la película original quiso resucitar a Lois Lane. Doscientos diseñadores creando modelos para casi mil tiendas, frenética, endiabladamente: producción, distribución, flexibilidad, anticipación, tendencia, facturación millonaria.
El tiempo se convierte en líquido, diciembre es julio en Zara, y por extensión en el planeta. Y nosotros los adictos consumimos no para pasarlo bien, sino para no sufrir cuando no consumimos; el deseo, el acicate, la voracidad, el impulso irresistible de comprar, las ofertas, las promociones, el surtido, la variedad, la talla y el estilo, esa rotación continua de mercancía que nos provoca una sensación de urgencia, compre ahora o se queda sin ello, nos espolean las dependientas, mañana no es seguro que quede.
Escoger, queremos escoger y rápido, todo es viejo antes siquiera de tocarlo; comprar, queremos comprar, lo que necesitamos pero sobre todo lo que no necesitamos. Ramadanes y cuaresmas, periódicos barbechos, el tedio. eso no va con nosotros, y ni siquiera cuando Rilke decía que todas las cosas están en migración tenía idea de hasta qué punto.
Todavía recuerdo cuando me instalé en Madrid y mi madre vino desde Oviedo a visitarme por primera vez. Íbamos por el metro, a paso de legionario, sin motivo aparente, y de repente ella, acostumbrada al ritmo templado de la provincia, se plantó y me preguntó: ¿se puede saber por qué corremos, hijo? Yo no supe qué contestar, hasta que de repente se me encendió una luz inquietante: porque todo el mundo lo hace, ma.
Festival literario St Maló 2010: Étonnants Voyageurs
De IGNACIO DEL VALLE | martes, 25 de mayo de 2010 | 20:03Días provechosos para el alma y el cuerpo en St Maló. Presentación de la edición francesa, Calvados, marisco salvaje a todas horas, personajes como Graig Johnson de Wyoming, mi adorable editor Daniel Arsand, que nos cuidó como si fuéramos de su propia familia, un sol plano, ostras asesinas, una babel de lenguas, la estupenda cerveza bretona, los nativos con los ojos más azules que en un país escandivano, el calor de la gente, su amabilidad, la cantidad de lectores que se acercaban, la hermosura de intramuros, la superrecepción en el ayuntamiento, Armagnac embotellado en 1962, mi afable traductora boliviana, Jensen El Vikingo, Jean Pierre que conoce España mejor que muchos de nosotros, la encantadora Lucie, el lujo asiático de la organización, la simpatía de Asha y la profesionalidad de Anna, la expedición rusa, invitada de honor, que se extravió en la noche...
Empereurs des ténèbres. Editions Phébus.
De IGNACIO DEL VALLE | miércoles, 19 de mayo de 2010 | 0:02Queridos amigos, acaba de salir Empereurs des ténèbres, la edición en Francia de El tiempo de los emperadores extraños. Puedo asegurarles que Arturo Andrade se pondrá con el francés y el Armagnac en breve.
Primeros capítulos http://www.libella.fr/phebus/feuilleter/empereurtenebres/
¿Qué se puede pensar de un país que recorta un símbolo, una metáfora, una matriz de la cultura, el pensamiento y la creatividad? Poco, muy poco, apenas nada. Pues eso es lo que acaba de suceder en España. La Biblioteca Nacional, la cuarta en importancia del mundo, repleta de joyas bibliográficas, manuscritos, incunables, impresos, monografías, carteles, dibujos originales, grabados, estampas, documentos sonoros, postales… y sobre todo silencio, ese silencio que nos protege, tan necesario para atrapar las ideas, ha sido relegada a un círculo inferior del infierno burocrático. Qué diría Dante. Así, todos vosotros, los que estáis, Tolstoi, Queiroz, Balzac, Sthendal, Larbaud, Victor Hugo… en algún metro de los kilómetros de estanterías, aquellos a quienes puedo oler, tocar, sentir, abrir… que me habéis aturdido y admirado con vuestra belleza, que me habéis ofrecido una baraja de posibilidades, una exuberante variedad extendida sobre el tapete, ejerciendo vuestra amable satrapía sobre mi imaginación, sobre mis facultades intelectivas y volitivas, ahora os halláis amontonados en un despacho sin calefacción. La Biblioteca Nacional es la memoria de un país, una formidable concentración de energías contenidas en el edificio de Jareño y Alarcón, en el paseo de Recoletos. ¿Se puede saber a quién se le ha ocurrido colocar un manta roñosa encima de tal haz de emociones, intuiciones, afectos y experiencias? ¿A qué podemos aspirar si todos esos libros que nunca terminan de hablarnos, como decía Italo Calvino, que jamás dejan de explicarnos a nosotros mismos, ni dejan de ser nuevos, inesperados e inéditos, y que son equivalentes del universo, como antiguos talismanes -y sigo citando a Calvino-, a qué podemos aspirar, repito, si son sistemáticamente relegados a una categoría de tercera regional, a un chamizo jerárquico? De puño y letra de la Biblioteca Nacional hemos amado y odiado, esperado, acechado, reído, coqueteado, comprendido, asediado. ¿Cómo pueden arramblarla, dejar que se oxide algo tan chamánico que nos obliga a mirar en nuestro interior, a sumergirnos en nosotros mismos? Definitivamente no sé qué diría Dante, pero sí sé lo que afirmaría Octavio Paz: una nación empieza a corromperse cuando se corrompe su sintaxis.
Primeros actos en LibrOviedo. Presentando a mi amiga Susana Pérez Alonso con su controvertida Melania Jacoby, de la editorial Funambulista. Mañana firmas y más presentaciones. Es bueno estar en casa.
Los ganadores del sorteo en mi blog de la edición de bolsillo son: Ilsa y Rodericus. Con una dirección a ignacio@ignaciodelvalle.es podré enviaros los ejemplares. Los ganadores del sorteo en Facebook ya están anunciados en mi muro.
Al resto muchas gracias, pero atentos porque en breve habrá otra sorpresa.
Por otro lado, quienes quieran una firma de mi novela o charleta en Asturias, este viernes estaré con mi pluma en LibrOviedo, a partir de las 13.00.
Pdata: creí que ya no me podían sorprender los lugares desde los que la gente me envía correos, pero el último ha sido exótico entre los exóticos: Maputo, Mozambique. Pues muito obrigado, señor Benny.
SEFARAD EN ASTURIAS: LOS PREMIOS PRÍNCIPE DE ASTURIAS JUDÍOS
Lugar: Auditorio de la Delegación del Principado de Asturias en Madrid. (Glorieta de San Bernardo, s/n)
DIA 11 DE MAYO
19.30 LA MÚSICA SIN AZAR: DYLAN, BARENBOIM, MENUHIN.
-Jorge Eduardo Benavides, escritor.
- Mercedes Monmany, crítica literaria.
-Alfonso Armada, periodista y escritor.
Moderador: Antonio Gómez Rufo, escritor.
A finales del siglo XIX la Kickapoo Indian Medical Company Show se hizo famosa en Estados Unidos con los espectáculos que desplegaban sus charlatanes para vender elixires milagrosos que lo curaban absolutamente todo. Ha llovido desde entonces, pero el lenguaje publicitario que se emplea en las televisiones no es más que la revisión sofisticada de aquellos embaucadores, la depuración, su acrisolamiento. Vaya por delante: a mí me fascina la publicidad, ese arte de la estrategia y la percepción que logra que confundas los objetos de lujo con los necesarios, que tiene meridianamente claro, como decía Marx, que las ideas deben imponerse para que parezcan las correctas. Nostalgia y emoción, esas son las dos cosas que venden, repetía Don Draper en Mad men. Nostalgia y emoción, buena receta, sí señor, a la que habría que añadir posicionamiento. Uno bastante cabroncete es el fenómeno tan norteamericano de colocar las vallas de anuncios de alcohol y cigarrillos en los barrios más deprimidos económicamente, porque la gente pobre que lo pasa mal quiere emborracharse y nicotinarse rápido y barato. Y lo último consiste en integrar los anuncios en los programas sin dejar resquicio para que el espectador pueda escaquearse. Con la crisis, los anunciantes gastan menos y quieren mayor eficacia, o sea, que hay que placar el zapping como sea. ¿Esto qué significa? Que progresivamente la televisión se pone al servicio de la publicidad. Invitados que se zampan en directo un bocadillo de jamón -de tal marca-, paneles con premios suculentos -adornados con tal marca-, anuncio de exclusivas del corazón -con un spot de tal marca de fondo-. En los informativos de la CNN se ha incorporado la revolucionaria propuesta de -asómbrense o espántense-, intercalar las noticias durante el bloque publicitario. Y ya la repanocha es, tecnología mediante, modificar los mensajes que aparecen en la publicidad estática de los estadios comercializando spots diferentes en cada país. Como ven, la publicidad, como el agua, busca siempre el resquicio, el desnivel, el punto débil. Por eso hay que estar atento, porque, como aserta de nuevo Don Draper, el amor sólo es un concepto que hemos inventado para vender medias.
AVISO: DISCULPAS A TODOS AQUELLOS QUE HAYAN RECIBIDO UN CORREO MÍO CON UN LINK DE PUBLICIDAD, HA SIDO GENERADO POR UN VIRUS EN MI CUENTA GMAIL.
Ya está en las librerías la edición de bolsillo de Los demonios de Berlín, Punto de Lectura. Sortearé dos ejemplares firmados en Facebook y dos en mi blog. Aquí basta con un comentario o un correo a ignacio@ignaciodelvalle.es para entrar en el bombo. Muchas gracias.
SEFARAD EN ASTURIAS: LOS PREMIOS PRÍNCIPE DE ASTURIAS JUDÍOS.
DELEGACIÓN DEL PRINCIPADO DE ASTURIAS EN MADRID. DÍAS 4 DE MAYO Y 11 DE MAYO.
MARTES 4 DE MAYO
19.30 LA CONJURA LITERARIA: AUSTER, OZ, JEAN DANIEL.
-SUSANA PÉREZ ALONSO, ESCRITORA.
-DANIEL ARJONA, CRÍTICO LITERARIO.
-JUANA VÁZQUEZ, ESCRITORA.
MODERA: JUAN CARLOS MÉNDEZ GUÉDEZ
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