La juventud salvaje

| viernes, 20 de noviembre de 2009 | 10:24



De todas las definiciones de la vida, la que más me gusta es la de Dustin Hoffman: dicen que la vida tiene tres actos, juventud, madurez y senectud, pero yo soy de los que piensan que no hay más que dos, uno en el que tienes la suerte de disfrutar de todas tus facultades y otro en el que ocurre ese algo que altera tu vida de forma dramática y lo que queda por ver es cómo reaccionas ante esa situación. Redonda. No obstante, todavía existe una sutil diferencia, existen clases en ese primer acto, una categoría en la que se puede disfrutar de todas las facultades, sí, pero añadiéndole algo que se va desleyendo con el tiempo, todas las posibilidades, toda la belleza, toda esa energía que te incita a desafiar al mundo con ese dime lo que prohíbes y te diré lo que voy a hacer. Ese intervalo en que sales de la adolescencia y todavía no te has estabulado en un trabajo, esa parte digamos Erasmus de tu vida. Por los talleres que imparto, tengo la fortuna de relacionarme con gente universitaria, y contra la marea de clichés que no hacen más que retratarles como unos descerebrados del botellón, yo no hago más que dar con chicas y chicos más despiertos de lo que yo era a su edad, más inteligente, más ágiles, más inquietos, más curiosos. Yo les pregunto cómo ven su generación, y aunque no me desvelan nada nuevo, porque aún tengo muy fresco cómo era yo a sus años, hay algunos matices que son sabrosos. Ellos creen que no son una generación especialmente tecnológica, porque el cambio decisivo se dio en 1990 o 1991, es decir, afectó de lleno a los que vienen detrás, una brecha real similar a la que pueden tener mis padres respecto a mí. También me cuentan que se siente perdidos, que leen pocos periódicos, que buscan la singularidad, las etiquetas que les diferencien de la marea homogénea -aunque después esa misma particularidad se convierta en otro uniforme reglado-, emos, heavys, góticos, los inefables pijos, raperos, ska, floggers, bohemios... Que posiblemente beban lo mismo que juventudes anteriores, pero que se drogan más. Que sexo lo que se dice sexo, se practica con más facilidad y menos empachos. Hasta ahí nada que no haya sido bajo el sol, cero arriba o cero abajo. Lo que me quitó el habla fue la tendencia a que, una vez que el sexo ha ardido y la relación se consolida, el conservadurismo impera, el sentimiento de posesión es muy fuerte, el machismo por ambas partes se enquista, con el riesgo de ser un embrión para futuros malos tratos. Eso me cuentan. Y esa parte no me la esperaba...

17 comentarios:

Unknown dijo...

'Ellos creen que no son una generación especialmente tecnológica, porque el cambio decisivo se dio en 1990 o 1991'

¿Cambio que?

¿Salto tecnológico?

La informatica de usuario en españa se expande en los 80 y el concepto de internet no nos llega a la piel del toro hasta bien entrados los 90 (97-99) osea que mucho me temo que SI que caen en un salto tecnologico generacional, otra cosa es que la gente que se suele apuntar a talleres literarios no se moleste en analizar este tipo de cosas... Pero si quiere hacer un análisis sobre la generacion de los 80 tenga un poco de rigor hombre de dios y consulte la wikipedia.


'pero que se drogan más'

Cierto, de todos es sabido que la gran expansion de la heroina o la ruta del bacalao sucedio durante dicha generacion... por favor que se fumen porros o se metan MDMA el finde no tiene ni punto de comparacion con las macarradas de generaciones pasadas...

La verdad es que no se porque no aprendo y dejo de leer en cuanto una persona se pone a divagar sobre como son las personas x de tal colectivo generacional... suele ser una sarta de topicos que se resumen en 'Esta juventud esta descobntrolada en mis tiempos comiamos chupachuses y eramos mejores personas miedo me da hacia donde avanzan las cosas '...


Un Saludo

Dar dijo...

Muy buena la reflexión, aunque no comparto esa visión pesimista del paso de edad. Para los matemáticos suele ser así, el cerebro se ralentiza, la agudeza se pierde. Por otra parte, para las ciencias sociales que tiran mucho de la experiencia y de la capacidad de asimilar una gran cantidad de datos, la edad suele ser una ventaja, creo. Para la escritura, según qué caso...Los novelistas me parecen mejorar con la edad, los poetas suelen ser más como los matemáticos.
En cuanto al conservadurismo parejil de la juventud: es sorprendente, hasta cierto punto. Por otra parte, dado que el primer mandamiento del discurso reinante en nuestra época reza "posee", "sé propietario", "acumula", y no se ofrece ninguna alternativa...pues eso. Si lo que posees te define, te vuelves posesivo e inseguro, porque la posibilidad de perder lo poseído pone en peligro tu mismísima identidad :-( Eso no tiene que ver con la fidelidad, que es llevadera cuando es fruto de una libre decisión, sino con el miedo.
En fin, hay un gato negro que visita nuestra casa casi todos los días, y también las de los vecinos, y todo el mundo le da algo y le acaricia, pero nadie es su propietario, nadie se ha apoderado de él, nadie le posee. Y eso me parece muy bien. Me acuerdo que cuando era pequeña, en el pueblo de mi abuela, era así con los niños, en menor medida, claro. Por lo menos durante el día, los niños asalvajados corríamos por todo el barrio, entrabamos en casas de cada uno y recibíamos allí frutas y bizcochos y mimos para luego volver a jugar en la calle de nuevo, hasta el atardecer.

Begoña Argallo dijo...

Pues si eso es cierto,que Dios nos pille confesados,porque como ancianos que vamos siendo los necesitaremos para cuidarnos cuando no podamos valernos por nosotros mismos.
Yo creí que estábamos creando una sociedad más avanzada que nosotros. Con más libertad y más formas de expresión, pero la posesión es la peor de las cadenas.
La que intenta echarnos el cerrojo de aquello que aún sin saber bien qué es, somos cuando nos quedamos a solas con nosotros mismos.

Tineo dijo...

Ignacio, me sorprende que te sorprenda.
Quizá sean reminiscencias de aquel “flower-power” tan querido (en el imaginario) de los españoles, que consistía en que todas las tías se “debían” dejar. El amor libre en España (desde los tiempos de la 1ª Rep) siempre fue un anhelo de los “machos”.
Pero es que más que eso, lo que se pretendía era no tener que pagar por los servicios de las prostitutas, pero como eso los chulos no lo permiten, pues mejor convencer a las féminas del “encanto” de la promiscuidad.
Y ya lo decía el clásico no desees que quizá lo consigas.
Cuando el acceso al sexo no es ni mucho menos un problema para la juventud, viene la consecuencia, la fidelidad, el sexo no te compromete a tener una relación, como el sexo no te obliga a tener hijos.
Me parece lógico que la contrapartida estable de una relación sea la fidelidad, por las informaciones y las experiencias que tengo el caso de la infidelidad femenina es la que peor llevan los machos progres, la masculina coyuntural las féminas lo llevan a amortización en el balance.
Hoy, a diferencia de nuestros ancestros, se considera la infidelidad “casus belli”, normal ya que antes los matrimonios no eran por amor y nada hay que dure más que un matrimonio de conveniencia, los que son por amor, que algunos confunden con pasión, pueden terminar quemados.

Santiago Bertault dijo...

Lo siento mucho pero no estoy nada de acuerdo. Y en tus propias palabras tienes mi argumento. Los que se apuntan a esos talleres que das serán jovenes supongo con inquietudes o en su defecto les darán creditos por participar en los mismos. Ahora piensa en los chavales que no van a ellos. Los que tratan los profesores de secundaria por ejemplo (mis dos padres fueron profesores así que algo sabré del asunto de rebote). Tienen menos formación, menos cultura, la gran mayoría no sabe ni escribir casi etc...
En fin que no tengo ninguna esperanza en la generación venidera. Y que conste que la mia de los treitantos creo que ha sido bastante nefasta.

Saludos a todos/as

IGNACIO DEL VALLE dijo...

Um... quizás la muestra haya sido escasa... es otro enfoque. Pero no sólo he hablado con gente del taller, en general hay bastante inquietud.

Por cierto, el señor Skaworld es el ejemplo rampante de la gente que no quiero en mi blog, y no por la entrada que le pasé, sino porque en la siguiente -censurada-, como tantos otros, no distingue mínimamente la diferencia entre insultar y opinar. En dicha entrada se limita a la tópica enumeración de todos esos calificativos que definen más a quien los profiere que a quien los recibe. Es un problema de cilindrada intelectual. Nihil novum sub solem.

Rodericus dijo...

Ignacio, personalmente creo que cada generación es muy parecida a la anteriór.Cambian un poco las apariencias, los envoltorios que nos colocamos y poco más.Las "tribus" juveniles de ahora son poco más que un calco de las de mi epoca, a saber : "mods", "roqueros metal", "garrulos urbanos" y la novedad de los "góticos" que podriamos considerar una escisión de alguna de las anteriores.Sobre el asunto de las drogas, posiblemente se droguen algo más, pero en mi epoca la marihuana circulaba exactamente iguál que ahora e incluso se abusaba algo más del alcohól.Al respecto del sexo, normalmente cuando se practica con plenitúd y normalidad suele sér a partír de los treinta.Antes de eso, bueno, por decirlo de una forma elegante echo mano de un eslogan publicitario de la "Pirelli". "La potencia sin contról, no sirve de nada".

No veo que haya habido ningún cambio sustanciál, sigue siendo lo mismo.Gente jóven con inquietudes culturales ha existido siempre, gracias a Diós, porque si no, sufririamos una regresión hacia el cromañón.

Y en lo del giro hacia el conservadurismo, creo que es algo genetico grabado en nosotros.
Te pongo un ejemplo que he podido constatar en los últimos treinta años : la comunidad homosexual.
Durante los setenta tuvieron sú particular eclosión, salieron del "armario" y todo era transgresión de las normas y costumbres, una fiesta permanente.
Pero a medida que han envejecido y han pasado los años, se han vuelto más conservadores que la media.Cuando tuvieron el derecho de legalizar su emparejamiento habia cola en los registros, y a la que han podido casarse civilmente, hay cola en los juzgados.Ahora, en la raya de los cincuenta de edad, están aburguesados como el que más.

Una de las pocas ventajas de cumplir años, es que tienes una cierta perspectiva de la evolución de la gente que te rodea, y casi siempre se repite el esquema general, de ahí en lo que menciono de que parece sér algo genetico.

Saludos

Begoña Argallo dijo...

Eso de que los jovenes ahora se droguen más. Creo que es obvio para quienes los fines de semana vamos a pasear por las inmediaciones de un lugar idílico que tiene su playa. Podría citar el nombre de este lugar, pero baste con decir que hablo del litoral asturiano.
Y que cerca de este paseo de playa hay una discoteca para niños de trece a veinte años. La chica de un bar cercano me contó que los fines de semana llegan niños de quince a pedir su refresco de cola para poder usar el baño y meterse en el cuerpo lo que sea. Y que ellos que lo saben, no pueden hacer nada porque si consumen, aunque dejan su refresco intacto, tienen derecho a usar el baño.
Ella me cuenta que es terrible, y que la policía ya tiene fichados a los camellos, buscan el pez gordo.
De las drogas se que una amiga mía, que era un sol de buena y guapa, se ennovió con un joven consumidor (cuya mirada de ausencia a mí me ponía los pelos de punta. Se casó, se dieron leña a matar por las dosis. Se embarazó. Después se prostituyó. Y ahora su hija de veinte está enganchada. Eso es todo cuanto me sobra saber.
Mientras consumen se sienten dioses y cuando el consumo se apodera de ellos se hacen mendigos. Es lo que se,y como madre de adolescentes es mi batalla. Se como veo el mundo y como no quisiera verlos jamás.
Como hija tuve muy buenos consejeros. Como madre mi verdadera lucha dentro del mundo es hacerles personas libres.
Para mí no hay mayor esclavitud que las drogas, porque está demostrado que por ella una joven de quince años que era un sol se convirtió en un trozo de carbón. Y yo lo ví. No es que alguien me lo contara. Con eso me basta para decir que la droga es caca.
Vaya por delante que jamás la probé y que sean cuales sean mis circunstancias no voy a probarla.
Respeto la libertad de todo el mundo. Allá cada quien con lo que haga.
Saludos a todos y con la mano en el corazón, no quiero que nadie se sienta ofendido. Mi ánimo es dar mi punto de vista en un tema tan delicado y solo eso.

Begoña Argallo dijo...

En cuanto a lo que dices de la legalización de las drogas, Ignacio. Claro que deberían ser vendidas en las farmacias. Lo que no se puede es hacer como el avestruz en un país que está a la cabeza de Europa en el consumo de ciertas sustancias.
Los que están enganchados, son enfermos. Y aunque quieran están dentro de un pozo del que es muy dificil salir. Y ya que están obligados a seguir consumiendo lo que tengan a bien venderles en plena calle envuelto en su bolsita de celofán ( todo esto lo he visto en callejeros, que si no estaría pez). De manos de un señor que tiene una cara de psicópata que no veas...terror tiene que dar.

Pues bueno, que eso, que al menos tendrían que tener su carnet de consumidores y un equipo médico que a la vez que lleve su enfermedad, al fin y al cabo acaba convirtiéndose en enfermedad, si terminas enganchado. Yo no se las estadísicas entre consumo y enganche. Porque "como la droga no existe", seguimos dando estadísticas vacías que no informan a la sociedad.
Miramos para otro lado mientras el problema se expande más aún que la gripe A. Cada vez se ven más grupos de chiquillos quemando cosas en una esquina del parque.

Creo que a los enfermos debería dárseles su carnet de asistencia al menos. No marginarlos y tratarlos como enfermos. Si consumen que consuman algo con todas las garantías mientras de fondo se trabaje con su problemática. Y asistan a charlas de cómo vencer su dependencia, se les apoye con algun actividad de ocio, etc, etc.

Eso creo que deberíamos hacer, coger el toro por los cuernos y decirnos muy claro que el problema existe, porque se ve y que vamos a ponernos en marcha para atajarlo a como de lugar. Pero para eso, lo primero de todo, Ignacio, es reconocer que España tiene un problema MUY serio de drogas. Y como hacemos que no. Las mafias se comen la salud y el dinero de unos cuantos, y sigue invirtiendo esa ganancia en vender más.
Desde aquí animo a todos los que se hayan dado cuenta de que tienen un problema de consumo a detener ese reloj. Es la esclavitud más terrible de nuestro siglo, quizá a la que uno entra por voluntad. Pero igual de terrible o más.
Spain is diferent. In Spain nos están colando unas mafias, de cuidado, eso es lo que yo creo.

Claro que soy muy radical, conmigo todo es o blanco o negro. El gris, dentro de mi gama nunca está.Sorry :)

Begoña Argallo dijo...

Un apunte más:
El problema es que el consumidor, al estar consumiendo de forma clandestina no sabe nunca en que nivel está.
Si alguien especializado le diese su receta podria verlo cara a cara, conversar y decirle en que grado está y lo que viene a continuación. Eso le haría tener los pies en la tierra y "saber" que tiene un serio problema de adicción, que por lo visto es el primer paso para la curación.

Pero esa clandestinidad es el abono perfecto para decir eso que todos dicen: Yo controlo.
No cariño, las más de las veces te controlan. Y ándate con ojo, que a saber lo que te dan. Puede ser mata ratas, o mata caballos. Cuídate ¿Si? Que lo que tú no hagas por tí mismo nadie lo hará.

Ese es mi mensaje al mundo. Y que paz se me quedó.El nido a veces es un nido de víboras, cuidado donde pisamos. Eso sirve para todos.

Begoña Argallo dijo...

Quería decir que el mundo a veces es un nido de víboras, esa era la frase.
Spain is diferent eso sí. Tú compra tu dosis tranquilamente aunque seas una niña de dieciséis años y te embaraces, que te dejaré abortar sin decir nada a tus padres porque yo soy leche.
Tú eres, lo que eres no te lo voy a decir porque tengo una hija de doce años y quiero dar ejemplo.

Pero yo, como madre y ama de casa puedo hacer mi propia revelión mexicana y esperar que mi hija crea en mí.
¡Que dicicil me lo pones!
Gracias Ignacio por ser mi editor, un saludo

Begoña Argallo dijo...

Revolución, es que como ama de casa ando a mil cosas a la vez y mientras la comida se me quema y me piden el jersey azul lo dejo todo a medias.Sorry :)

Spain is diferent, y tanto que si eres hombre y conduces con tres cervezas de más por una autopista a ciento setenta, te quitan nose que cuantos puntos de carnet y te ponen una multa de taitanto dinero ( sí, las pequeñeces siempre se me escapan, no se hablar de cantidad ) Porque eres un riesgo público de primer orden y deberías desaparecer del mapa.

Pero si eres hombre, te vas de fiestuqui ( como dice mi amiga), te llevas a una chica al hotel. Le propones un plan guay y no lo acepta la estrangulas. Con esas tres cervezas de más y en ese caso, que no en el anterior, _que me corrijan si me equivo_ es atenuante. Porque si vas por la autopista eres un riesgo del copón y después de estrangular a una chica a la que no le gustaste un pelo no.

¿Deliro? ¿O es que todo lo entiendo mal? Es la pregunta que me hago al ver los telediarios. Confieso que por eso procuro no verlos :)

Dar dijo...

A mí lo que me parece ser el mayor atenuante en el sistema judicial actual es ser rico, influyente y/o tener estudios. Entonces puedes robar millones y siempre aparecerá algún error procesual (Botín, los Albertos) por el que te libras o saldrá un psicólogo y dirá que en realidad te identificabas tanto con la institución que gestionabas que no eras capaz de distinguir que la pasta no es tuya (caso Millet). O los jueces, compis del cole, te ponen una pena de 23 meses para que no pises la cárcel.
Y si asesinas a alguien y eres profesional liberal o ejecutivo, siempre se apenarán de tí, porque un hombre rico, con estudios, bien vestido, salido del colegio privado no es un asesino, sólo puede ser un enfermo mental o sufrir una enajenación mental pasajera.
Si eres pobre, sin embargo, y además (ex)drogodependiente, prepárate, que no saldrás de la cárcel hasta que tengas canas, aunque hayas robado un jamón y lo hayas devuelto, o te caen 9 años por ser una mula de un país pobre y de una familia pobre y llevar unos gramos de coca para que los niñatos y no tan niñatos de un país rico y de familia rica se lo pasen bien - y sin riesgo alguno- en una noche loca.

Rodericus dijo...

Dar, la diferencia es que si uno tiene recursos, puede pagarse un bufete de abogados eficáz.Mira si nó el ejemplo de Millet, lo tenemos por aquí paseando tranquilamente.

En cambio, si no puedes pagár ninguno, te asignan uno del turno de oficio, que tál y como tienen la agenda de atrasos, pueden caerte veinte años y un dia por birlar una barra de pán, aunque alegues estado de necesidad.

El dinero es solo una herramienta, la más poderosa de las que conozco.

Begoña Argallo dijo...

Totalmente de acuerdo con Dar. Lo vemos desgraciadamente a diario. El dinero no da la felicidad, pero en ocasiones da la impunidad.
Un saludo a todos

Dar dijo...

rodericus, si fuera sólo lo que tú dices, ya estaría mal, pero me temo que la cosa está aún peor. Hay una solidaridad de clase, quizás subconsciente. Las leyes, por cieto, también están diseñadas de forma sesgada, castigando más los delitos impulsivos con cierta violencia (que suele cometer gente con nivel cultural bajo), que robo de millones y millones de euros, - y en ocasiones, la siguiente ruina de familias enteras, si se hace "con guante blanco" (delitos que suele cometer gente con nivel cultural alto).
A las personas que deciden (y dime que hijo de familia pobre se puede permitir vivir mantenido por sus padres durante unos 5 años de medio para preparar las oposiciones para juez) les cuesta creer que una persona tan parecida a ellos mismos podría ser un criminal malintencionado. Para ellos el delincuente tiene pintas raras, se expresa mal, es todo músculo o al contrario, está consumido por la droga, etc. Si ven a un tío con buenos modales, pinta seria, que se expresa bien etc., la cosa cambia y -¿subconscientemente?- se buscan excusas para reducir la pena...Lo digo porque me quedé boquiabierta cuando leí en un periódico a un psicólogo intentanto justificar a Millet diciendo que el pobre se identificaba tanto con la institución gestionada que no distinguía que el dinero no era suyo. POR FAVOR...

Begoña Argallo dijo...

Sigo diciendo que toda esta gente que roba el dinero de todos de esta manera no debería ir a la cárcel, deberían devolver hasta el último céntimo.
Después ya no pasearían tan contentos por la calle. Estarían tan fastidiados como dejan a los demás.
Y los felices seríamos nosotros, porque nuestro sistema sería impecable.
Un saludo