Los demonios de Berlín: escenarios VI

De IGNACIO DEL VALLE | viernes, 3 de julio de 2009 | 12:03


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3 comentarios:

LBO2 dijo...

De milagrito que ando por aquí de viernes. Bueno últimamente ando por aquí muy poco, lo justo. “Lujos” de este trabajo, cuando a uno le da la gana o cuando no puede venir. Porque me queda el trabajo al lado del hospital que era donde tenía que ir hoy, que si no....

Así que también Reichsbank en tu libro...Está bien. Del Banco Central Alemán posteriormente heredaríamos la política monetaria europea. Supuestamente es la nuestra una política totalmente consensuada y a nivel europeo, pero en su implatación, los que nos dedicamos a explicarlo, nos ha quedado claro que está más influenciada por la política de ese Banco Central que por la de otros. Por el terrible miedo que tienen los alemanes a lo que sucedió con su moneda tras la guerra que Ignacio del Valle tanto le “gusta”. E incluso los instrumentos de política monetaria que se aplican, si bien también han sido consensuados, tienen un fuerte cariz alemán. Así que Banco Central Europeo y política monetaria europea, sí, pero bastante alemana. Por cierto, ¿dónde está la sede?. Mis “ovejas” siempre me contestan que en Bruselas. Su lugar lo explica todo.

Y la inversión en oro....pues de las que mejores rendimientos están dando últimamente con los tiempos que corren.

Feliz finde!. Me voy a mi casita azul, no sé si de “lujo” o no. He leído el periódico esta mañana, mientras esperaba por los resultados de mis análisis....

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3 de julio de 2009, 12:55  
LBO2 dijo...

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RE: EL LUJO


http://www.elcomerciodigital.com/gijon/prensa/20090703/opinionarticulos/lujo-20090703.html


Efectivamente, la vida se puede enriquecer de muy buena manera, de vez en cuando, con calma, lujo y voluptuosidad como dices que decía Baudelaire....¿porqué no?. Pero el lujo, si uno se lo puede permitir, hay que saber entenderlo y usarlo, como las drogas y como todo los demás.

No todos podemos permitirnos los mismos lujos, es evidente. Paris Hilton y ese nuevo fichaje que teneis en el Madrid viven en otro mundo, en otros lujos. Cada uno tiene el suyo y los lujos que se puede permitir. Ahora bien, puede haber mayor o menor inclinación al mismo según la persona.

La mía es razonable, como creo que yo lo soy, aunque también sea una soñadora y aunque haya hecho alguna otra locura. La juventud está para eso. Para vivirla. Mis calificaciones, tal vez de “lujo”, podrían corresponderse con las de una “rata de biblioteca”, pero nunca me he considerado tal. Entre otras cosas, porque he podido estudiar en una linda habitación, de muebles blancos en la Avenida de Masaveu, con “lujosas” vistas a los verdes prados del Estadio Universitario del CAU, que son propiedad de la institución para la que ahora trabajo. Nunca he visto un patio interior, feo y húmedo. Será por eso que no me importaba pasar allí sentada las horas que he necesitado para lograr lo que quería. Seguro que menos de las que pensaba alguna gente. Eso, quizás también sea un “lujo”, pero no es culpa mía. Tampoco el hecho de no tener unas larguísimas piernas lo es. Me he de conformar con las pestañas. Un día, de adolescente estúpida como es a veces esa edad, tuve un arrebato estúpido y le dije a mi madre que necesitaba otro armario porque no me cabía la ropa. Me dio una buena lección, explicándome entre otras cosas que no todas las niñas tenían una habitación de la dimensión que yo tenía, ni un armario ropero de tres puertas para ellas solitas.

Hoy tengo un vestidor con dos armarios, para mí y para mi esposo. Y una habitación matrimonial, con lecho de 1,80 x 2, con baño y vestidor, de 30 metros cuadrados, como el tamaño de los pisos que nos pretendía vender cierta ministra, de las que nos hacen un flaco favor en su cargo a las mujeres que hemos trabajado duro por lograr el puesto que tenemos. Ministras sí; pues claro, pero capaces. Todavía hay mucho misógino por ahí suelto, que con sólo escucharlas encuentra argumentos para justificar que no debería haber ministras. ¡¡Pero si lo que sobran son mujeres capaces en el país!!. Elijan bien por favor.

La inclinación al lujo de un hombre que pertenece a la “gauche caviar” es la que es. Y todos los lujos que se puede permitir, se los permite. Nunca me ha engañado, tampoco en eso. Me quedó claro a los pocos días de conocerle, que era alguien del que se podía decir: “il a le cœur à gauche mais le porte-feuille à droite ». Y eso que a mí me decía que era de derechas hasta para llevar el reloj. No es cierto; no me conocía del todo. Me pregunto si ahora lo hace. El reloj decidí ponérmelo ahí a los 15 años y ahí lo llevo desde entonces. Se lo copié, lo reconozco, a mi profesor de piano, que tenía fe en mi y que me pidió que fuera examinarme de Virtuosismo a San Sebastián o Madrid y renuncié en pro de la Universidad. Pero no siempre he votado al mismo partido político y no siempre he votado a un partido, o sea en blanco, como está la cabeza de algunos políticos y políticas....

Puedo dormir en un hotel que no sea de 4 o 5 estrellas pero no lo hago porque mi esposo no lo desea. Y puedo renunciar al lujo, que tan poco es tanto el que tengo, si toca. Y puedo ducharme con agua totalmente fría, si se acaba la caliente. Me parto de risa al ver los problemas que tiene la gente con el agua fría. Y puedo sobrevivir con una manzana al día, lo he hecho muchas veces. No ahora. Tengo el metabolismo estabilizado. No sería yo la que peor lo pasaría si viniera una guerra de nuevo. Dios no lo quiera.

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3 de julio de 2009, 12:55  
LBO2 dijo...

Y aunque vivo en mi mundo, no renuncio al mundo, ni a conocer a toda la gente que sea posible. Y puedo dedicar mi tiempo a charlar unos minutos con la señora de la limpieza que entra humildemente a limpiar mi despacho, y saber si se encuentra bien. Hay gente por aquí que no se digna a saludarlas o que las obligan a venir en horarios que ellos no estén. Y puedo hablar con una anciana de la zona rural donde vivo, que me agradece con una sonrisa, al salir de la Iglesia, que les haya traído de nuevo la música y la alegría a su humilde Iglesia. De todo el mundo se puede aprender, todos te pueden aportar cosas, al margen de su rango o condición.

Pero el día tiene 24 horas y la vida dura lo que dura. Lo de los 122 años es un sueño o una aspiración. Siempre he picado alto, no lo niego, en todos los aspectos. Pero si me mato mañana por la autopista Y, sé que podré decir que he dedicado mi tiempo a todo el mundo que me lo ha pedido, y he deseado compartirlo y dedicárselo sobre todo a las personas que me merecen más respeto, consideracion y valoración. A todos los allegados a mí, por supuesto. Y creo que puedo decir que he disfrutado del “lujo” de que me lo han pagado con lo mismo, si así lo han considerado. El mayor lujo es una vida llena de afectos y, en eso, soy millonaria. Así que al menos hasta ahora, no puedo quejarme de haber malgastado mi tiempo, porque lo he dado a quien lo he deseado más y siempre me ha sido devuelto. He tenido suerte, pero la suerte se puede acabar y la consideración y valoración, es obvio que no tiene porqué ser recíproca. ¡¡Faltaría más!!. Cada uno sabe lo que le gusta, lo que le llena, lo que valora y lo que necesita. Eso está bien. Conocerse muy bien a uno mismo es un “lujo”, del que no todo el mundo puede disfrutar.

3 de julio de 2009, 12:56  

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