| lunes, 3 de marzo de 2008 | 10:13



ZEITGEIST
Dos jóvenes toman copas en la barra de un bar. Uno es urólogo y el otro militar, piloto de caza. Se admiran y se cuenta cosas, y esa noche el piloto describe con entusiasmo cómo ha roto dos veces la barrera del sonido, pero no se ha centrado en la hazaña, sino en una curiosidad científica: cómo la onda sonora rompía los cristales de hielo que se formaban en el fuselaje. El médico le dice: repite eso. El piloto le explica cómo se rompen los cristales a través de un medio fluido sin que éste se vea afectado. Y el médico, que habitualmente hurgaba en el riñón en busca de mortificantes piedras, hoy en día las elimina de manera limpia e indolora con ultrasonidos.