Rastros de amor

| miércoles, 12 de enero de 2011 | 22:26


Estas navidades, en una de las múltiples cenas, al lado de un conocido, en el segundo plato. De repente éste se queda rígido, vigilando obsesivamente una mesa al fondo del restaurante; luego su mirada sufre un cambio, se suaviza, se vuelve muelle, como recordando. Se me acerca y me dice con un velo de nostalgia en los ojos: ¿ves aquella chica, la que sonríe en aquella mesa? -silencio-, esa es la mujer que más daño me ha hecho en la vida.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

He leído por ahí que la mejor forma de olvidar a una persona es escribiendo sobre ella. Quizá alguien pudiera recomendarle escribir una novela, y quién sabe después qué sucedería.

IGNACIO DEL VALLE dijo...

Creo que la mejor forma de olvidar es que pasen un par de años. Lo de escribir es terapéutico en el momento, pero no ayuda mucho a largo plazo.

Vera Gaos dijo...

¿Sólo un par de años? Me parece muy poco tiempo, lo digo por experiencia, en mi caso el olvido no llega sólo duele menos.

IGNACIO DEL VALLE dijo...

Um, entonces fue serio. Pero todo pasa, te lo digo yo. Y al final siempre te das cuentas de que era lo mejor que podía suceder, si algo no aguanta es por una causa.

Begoña Argallo dijo...

No puedo dejar de mirar esa imagen de cupido víctima de su propia medicina. Tan preciosa como trágica en su modo de inspirar ternura. Apetece traerle a casa y curarle :)
...Luego mis hijos me censuran...

Ilsa dijo...

Quízás el desamor ,es difícil de asumir,y a veces, es muy complicado, sobre todo, cuando queda atracción del uno por el otro,es como el "contigo pero sin tí".Es un sentimiento exraño que cuesta asimilar.Si es verdad que el tiempo todo lo cura.Pero en realidad lo que hace es calmar la situación.Puede ser que la mejor cura sea que un amor frustrado , sea curado por otro amor más auténtico.

Me alegra estar de vuelta.

Saludos.

Rodericus dijo...

Lo de coincidir por ahí con los y las "ex" se ha convertido en un pequeño drama cotidiano. Algunas veces he visto autentica crispación y mala baba en los afectados por estos encuentros casuales.

No hay nada mas devastador que el mál de amores.

Saludos

Saludos