Bélgica 4: Brussels-Museo Real de África Central

| lunes, 4 de octubre de 2010 | 9:52

Impresiona. De verdad. Y no es mi habitual vitalismo cuando estoy de viaje. En los suburbios de Bruselas, en el bosque de Tervuren, este museo estremece y asombra. Animales extinguidos, hombres leopardo, máscaras espectaculares, armas imposibles, una canoa de ¡¡22 metros¡¡, el río Congo desembocando directamente en el corazón de Kurtz, banderas alemanas imperiales arrebatadas por los belgas en sus choques fronterizos, plantas prehistóricas. Faltaba los nativos negros que tuvieron disecados durante años y que me contaron que siguen allí, en un edificio adyacente, porque nadie en el Congo los ha reclamado. Se huele la ambición, el miedo, el sufrimiento, las enfermedades, la megalomanía, la locura. Incluso había un elefante de sospechosas intenciones...








10 comentarios:

Anónimo dijo...

Estremecedor... se perciben claramente las "sospechosas" intenciones del elefante. ¿Y ese sudor frío resbalando por tu frente?
Muy buena foto Ignacio.

Rodericus dijo...

La que se formó aquí hace unos años por exponér en el museo Dardér de Bañolas a un bosquimano que llevaba disecado casi un centenár de años.

Cuando se desmontó la figura disecada, solo quedó la piél y unos pocos huesos, que se enviaron de vuelta a sú zona originaria, hoy Bostbwana. Allí le hicieron un funerál de estado, entre protestas contra la perfidia del "hombre blanco" y la época coloniál.

Todo un montaje muy "progre". Hoy los europeos ya no estamos en áfrica cometiendo tropelias, afortunadamente. Ahora las cometen los africanos contra otros africanos con iguál o más saña.

Saludos.

IGNACIO DEL VALLE dijo...

Fue un momento complicado lo del elefante...

Anónimo dijo...

Hasta 1908 el Congo perteneció exclusivamente a Leopoldo II y ni el gobierno ni el parlamento tenían voz ni voto. Los belgas usaban el caucho y el marfil extraídos por los congoleños en regimen de “trabajo obligatorio”. La ilusión de que el cambio de estatus significase mayor autonomía para los congoleños se desvaneció en un paternalismo de raíz católica. Se construían escuelas y hospitales, sí, pero la suerte de los congoleños se decidía desde Bruselas. En 1950 las autoridades belgas presentan un plan de autonomía para la colonia. Las élites calculan un plazo de 30 años, pero la realidad es bien distinta: los movimientos políticos locales apenas necesitan diez para emanciparse de la metrópoli. Ahora, 50 años después, sabemos que Lumumba se equivocaba: que la historia reciente del Congo ha estado marcada por todo menos por paz, prosperidad y grandeza. En Bélgica las noticias procedentes desde este punto del planeta interesan más que el resto del continente africano, pero la relación entre ambos países es complicada. El Congo retiró hace dos años su embajador en Bélgica después de que el entonces ministro de Asuntos Exteriores denunciase la degradación de los derechos humanos en ese país.
Nada más llegar a Bruselas, cualquier extranjero advertirá que el nombre de Leopoldo II está presente por todas partes. Una avenida, un hotel, una estatuta… Precisamente esta estatua ecuestre situada cerca del centro aparecía hace un par de años cubierta de pintura roja. El autor del ataque confesó poco después que con esta acción pretendía cuestionar la figura de Leopoldo II. Y es que el segundo rey de los belgas es un personaje polémico: la mayoría de historiadores se dividen entre el relato hagiográfico (Leopoldo II, el impulsor de la Bruselas moderna) y la imagen siniestra (Leopoldo II, el imperialista insaciable). A finales del siglo XIX cuando todas las superpotencias buscaban territorios fuera de sus fronteras, Leopoldo no quiso ser menos. Poco importaba que Bélgica fuese un país pequeño y recién nacido. La búsqueda de una colonia se convirtió en su obsesión y el Congo, en su proyecto personal.

Anónimo dijo...

"Hoy los europeos ya no estamos en África cometiendo tropelias, afortunadamente". Recomiendo informarse sobre las actividades de BP y de otras empresas europeas en el continente.
En cuanto al bosquimano, no me parece mal dar sepultura a una persona que fue disecada y expuesta como un animal. No es un montaje progre, es simplemente aplicar los mismos estándares a todos los humanos.

IGNACIO DEL VALLE dijo...

Hablando de la dicotomía leopoldiana, a mí me impresionó el casco histórico de Bruselas, el gigantismo y la magnificencia de, por ejemplo, el palacio de Justicia -los faraones se sentirían como en casa-. Es evidente que todo ese esplendor fue posible gracias a los recursos expoliados del Congo, son las paradojas de la historia.

Rodericus dijo...

Anonimo, tendrias que habér visto el espectáculo que se formo en la ceremonia del entierro del pobre bosquimano.
Estoy al corriente de las actividades poco éticas de varias multinacionales en africa, aparte de BP, tenemos por allí a los chicos de la compañia De Beers comprando todos los diamantes de contrabando que aparecen, a varios fabricantes de procesadores buscando el escaso coltán que se extrae de las minas. La lista podria ser interminable. Pero TODAS esas catividades se desarrollan bajo el contról y la explotación de los pertinentes políticos locáles, los mismos que ingresan en sús cuentas bancarias panameñas los fondos de la ayuda internacionál que llega hasta allí.

Lamentablemente, en África, el opositór demócrata de hoy, es el dictadór sanguinario de mañana. La codicia no tiene colór de piél.

Salúdos.

Juan Carlos dijo...

El tema es delicado y polémico.
Es de todos sabido que los efectos del colonialismo por la búsqueda de materia prima para alimentar la industria de las grandes potencias, se pudieron apreciar en los actos de guerra y violencia mediante los cuales se hicieron presentes los dominadores sobre los dominados.
Imposición de sistemas económicos, agotamiento de los recursos naturales y destrucción de culturas autóctonas son algunas de las consecuencias de la industrialización y de los afanes colonialistas de las potencias en el siglo XIX. Quizás también haya que considerar como continua esta acción en la actualidad.

Ilsa dijo...

Cuando era pequeña, fuí de excursión y ví con expectación al "Negro de Bañolas".En clase estuvimos muchísimo tiempo hablando sobre él, inventándonos historias y dejándonos llevar por la imaginación de cuando eres niño/a.Pero hace poco ,leí que hoy su tumba, sirve de banderín de corner.

Estoy de acuerdo contigo Rodericus.

Un saludo

Dar dijo...

África no es una entidad homogénea. La pobreza de nuestro periodismo tiene parte de la culpa de que el continente sea percibido anclado en un desastre permanente, sin discriminar entre países y regiones. La generalización sobre los dictadores suele llevar a una conclusión implícita de que "esos no se saben gobernar". No obstante, hay países en la África subsahariana que, relativamente pobres, no son ningún desastre: Ghana, Malawi, Etiopía, Tanzania y otros.
A lo mejor es un buen momento para dejar de encarcelar a los arficanos en una imágen dicotómica de víctima indefensa del malvado colonizador - verdugo bruto y salvaje. No es que estas facetas no se den (igual que se han dado en muchos otros sitios), pero resulta algo empobrecedor limitarse a repetirlas, además de que es uso de ambas viene cargado de cierto sentimiento de superioridad.