Los demonios de Berlín: escenarios

| miércoles, 17 de junio de 2009 | 10:13

LA NUEVA CANCILLERÍA DEL REICH

El 11 de Enero de 1938, Hitler convoca a Albert Speer, Generalbauinspektor fur die Reichshauptstadt Berlin, y le encarga la construcción del edificio de la Nueva Cancilleria del Reich, fijando el plazo de finalización de las obras para el 10 de Enero de 1939. Speer recuerda en sus memorias que Hitler le diría: “tengo un trabajo urgente para usted. Dentro de poco tendré que celebrar reuniones importantísimas y para eso necesito grandes vestíbulos y salones que me permitan impresionar sobre todo a los pequeños potentados. Pongo a su disposición toda la Voss Strasse. Me da igual lo que cueste”. Así mismo, le indico: “quiero que la próxima recepción diplomática tenga lugar en la nueva Cancilleria”. Según el propio Speer, tras recibir el encargo pidió un día para reflexionar, aceptando el pedido al día siguiente.

A pesar de que efectivamente, las obras de la Nueva Cancillería se efectuaron en un tiempo record de unos 9 meses, lo cierto es que este proyecto venía fraguandose por parte del equipo de Speer desde 1935. Entre este año y 1937, se irán adquiendo la totalidad de los edificios de la Voss Strasse. La elección de esta calle tampoco era casual. Con el derribo de las embajadas de los antiguos estados (Baviera, Sajonia, etc) situadas aqui, se pretendía simbolizar la culminación de la unidad nacional comenzada en el II Reich.

Las obras comenzaron a toda prisa con el derribo de los edificios que ya estaba finalizado el 15 de marzo de 1938. Era tal la improvisación con la que comenzaron las obras, que el refugio antiaéreo se inició partiendo de bocetos a mano alzada. Según narra Speer en sus memorias, algunas de las salas del nuevo edificio se diseñaron en función de las grandes alfombras anudadas a mano que debían cubrirlos; Speer determinó el tamaño y el color antes de saber que aspecto tendrían estos salones, ya que las descomunales alfombras tenían el plazo de entrega mas largo. El solar alargado de la Voss-strasse, entre la Wilhelmplatz y la Hermann Göering Strasse, invitaba a un diseño de recintos yuxtapuestos a lo largo de un eje, una solución satisfactoria desde el punto de vista de las necesidades efectistas del edificio.


El recorrido programado seguiría la siguiente ruta: se accedía desde la Wilhelmplatz en coche, atravesando la gran puerta de doble hoja del edificio anexo de la Vieja Cancillería, al Patio de Honor. Desde aquí, por una escalinata se accedía a una pequeña sala de recepción desde la que se abrían dos grandes puertas de mas de 5 metros de altura que daban al vestíbulo o sala de los mosaicos, se atravesaba un recinto circular y se accedía a una galería de 146 m de largo. Todo este conjunto de salas alcanzaba 220 m de longitud, tras lo cual se llegaba a la sala de recepción de Hitler. Este trayecto era conocido como "el camino del diplomático".



Las cifras impresionan: Con una superficie construida de 16.300 metros cuadrados, presentaba una fachada de 421 m de longitud hacia la Voss-strasse, con sus 420 estancias y habitaciones (grandes focos situados en las fachadas de los edificios frente a la Cancillería, la iluminaban por las noches). Pese a que el presupuesto inicial era de 28 millones de Reichsmark, se estima en unos 70 millones de Reichsmark su coste total, una vez finalizadas las obras. A esto habrá que añadir los 1,3 millones de Reichsmark de coste de las obras del Führerbunker, iniciadas en 1943. En su construcción se emplearan mas de 20 millones de ladrillos y trabajaran las 24 hrs. del día, en turnos rotativos, unos 4.500 obreros de la construcción de Berlín. Otros 1.000 mas por todo el país, habían realizado diferentes partes de la obra. Diecisiete grandes grúas eran empleadas en las obras y durante los meses de invierno se utilizaron grandes ventiladores de aire caliente para acelerar el fraguado; así mismo, los encofrados y hormigoneras eran cubiertas con grandes entoldados para protegerlos de los rigores invernales. El 9 de enero de 1939 se efectuaba la entrega de llaves y el 12 de enero, tenía lugar su primer acto oficial con la celebración de la Recepción de Año Nuevo al Cuerpo Diplomático.



Actuales edificios construidos sobre la antigua Cancillería -demolida por los rusos-, en Wilhemstrasse, Berlín.

1 comentarios:

LBO2 dijo...

¡Ay!, los nazis y sus construcciones impresionantes. Nazis, lo que se dice nazis, siempre los ha habido, los sigue habiendo y los habrá, en un grado u otro. El truco está en tratar de esquivarlos, lo justo.....Casarse con uno de ellos, seguro que es un error gordo. Gordísimo. Sobre todo porque no tiene solución, salvo que se consiga, tacita a tacita, que el nazi se de cuenta de lo nazi que es, y él mismo practique la autocorrección. Ardua tarea, la del nazi y la de su compañera de cama. ¡¡Las hay peores!!. Mira los acueductos y puentes que hicieron los romanos, sin los medios de hoy día, y todavía duran. Es cuestión de ponerse.....Con paciencia infinita, eso sí. El ejercicio de la paternidad suele ayudar, incluso a los nazis. Saca cosa de ellos, que ni ellos mismos sabían que tenían. Que amen profundamente al hijo de una mujer, es una gran forma de demostrar, durante el día, lo mucho que se ama a esa mujer........

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RE: LITERATURA NAZI


.........Sí, hay que esquivarlos, pero sólo lo justo. Tal vez no del todo, o no siempre, o no a todos. También me parecería un error gordo, gordísimo, ignorar las magníficas versiones de algún director de orquesta filo-nazi, por el hecho de serlo. Si puede sacar un sonido glorioso de una partitura, será digna de escuchar esa interpretación, aunque no lo sean sus ideas.

Leí la literatura nazi, y me resultó interesante y me gustó, al igual que la declaración de amor (global) en la iniciática y bella Love Song, con o sin champán. Entre otras cosas porque en mi infinita ignorancia, desconocía yo la existencia del tal Knut Hamsun, que resulta que además es Premio Nobel. Pues vale. Y además seguro que lo vale si dice cosas tan acertadas acerca del contenido de los libros. Comparto totalmente su opinión. Espero leer algún día un libro del tal Hamsun. También el imprescindible, parece ser, “Mapa del Tiempo”, ergo del Amor....Bonita ilustración.

¿Tendré yo tiempo suficiente hasta mis 122 años, para leer todo lo interesante que hay que leer?.