De
IGNACIO DEL VALLE
| martes, 17 de febrero de 2009 | 12:10
Henos aquí, en medio de la promo de El arte de matar dragones. Moito obrigado a Manuel, Rui, Sandra, Elena, Manuel, Paulo, Claudia... por cómo me tratan y me llevan y me traen y me contemplan y me dan de comer y de beber. Un lujo.
Por otra parte, los encuentros de Póvoa han resultado unos encuentros de frases y minibares. Me explico. En este idioma de Guimaraes Rosa y Queiroz, las maldades en voz baja suenan sugerentes y descacharrantes. En medio de una cena, Paula, una escritora lista y guapa -no necesariamente por ese orden, y que se merece lo mejor-, de pechos bien modelados, tenía una cruz de oro colgando entre ellos, y uno de los malvados que se sentaba a mi lado sugirió: Ignacio, nunca, nunca he visto la redención tan cerca del pecado. Ahí queda eso.
La noche dio paso a las copas y conversaciones sobre lo divino y lo humano hasta las tantas, y algún día contaré en mis memorias cómo uno de los escritores más serios y relevantes se dedicó a asaltar los minibares de varias habitaciones a punta de pistola, exigiendo impuestos revolucionarios. Sin embargo, de momento me llevaré el secreto a Madrid...
Todo perfecto en Póvoa, salvo un POETA CAPULLO. No obstante, el poeta no era capullo por ser poeta, que la poesía es muy respetable, sino que él ya era un capullo antes de ser poeta, aunque no habría problema porque se puede vivir siendo un capullo, lo que yo no le aguanto al poeta capullo -ni a nadie- es que fuera un maleducado. Por ahí no paso. Qué manía la de ciertos poetas capullos de hacerse enemigos gratuitamente, con lo que bien que lo estábamos pasando. Después pasa lo que pasa, que cometen el error de confundir cortesía con debilidad, y yo cojo fama de cabrón. En fin. Todo sea por guardar un poco de honor, que junto a una pizca de amor es lo único que nos permite seguir viviendo.
Éste es un cachondo, se llama Antonio Garrido, y es el mejor escritor del mundo, e incluso de Europa, como dicen aquí. Su novela La Escriba es superventas en unos cuantos sitios. Y me prestó la calavera del grizzly para mis fotitos.
Ángela Vallvey y María José, majas.
Este señor se llama Almeida Faria, y es la elegancia personificada. Armas Marcelo y yo coincidimos en ello el año pasado. Y ninguno entendimos cómo no se le ha traducido masivamente al español.
Faciolince y Sergi Doria.
Santiago Gamboa y Héctor Abad Faciolince en Oporto.
1 comentarios:
"Todo perfecto en Póvoa" - também é essa a minha opinião.
E agora um slogan promocional para o futuro:
"Ignacio del Valle, o melhor escritor do Mundo e talvez da Europa!"
Um abraço e obrigado pelas tuas palavras!
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