En un garito perdido de Besançon, a la una de la madrugada, tras la penúltima ronda de Havana Especial. Me lo dijo con un gesto de resignación y autoasombro:
-Compadre, yo ya solo escribo poemas a las mujeres que quiero y a los amigos que se me mueren.
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1 comentarios:
Me sucede lo mismo que a este señor, aún así uno no deja de escribir también para el resto del mundo y para uno mismo.
Saludos
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