Las cartas de Scott Fitzgerald a su hija de once años

| miércoles, 15 de mayo de 2013 | 9:23



8 agosto, 1933

Querida: 

Me siento muy orgulloso de que cumplas con tus obligaciones. ¿Me puedes dar un poco más de detalles acerca de tus lecturas en francés? Me da gusto que te encuentres feliz pero nunca he creído mucho en la felicidad. Nunca creí tampoco en la miseria. Esas son cosas que ves en el escenario o en la pantalla o en las páginas impresas, no suceden realmente en la vida. Lo que sí creo en la vida son las recompensas por la virtud (de acuerdos con tus talentos) y los castigos por no cumplir con tu deber, que son doblemente costosos. Si hay un volumen en la librería del campamento, pregunta a la Sra. Tyson que te deje buscar un soneto de Shakespeare que contiene estas líneas: "Lillies that fester smell far worse than weeds".


No he tenido pensamientos hoy; la vida parece tratarse de componer una historia para el correo del sábado. Pienso en ti, y siempre con cariño. Arreglaré la cuenta del campamento. 


Tontamente, concluyo.

Cosas de qué preocuparse:
Preocúpate por el valor. Preocúpate por la limpieza. Preocúpate por la eficiencia. Preocúpate por la equitación.

Cosas para no preocuparse:
No te preocupes por la opinión popular. No te preocupes por las muñecas. No te preocupes por el pasado. No te preocupes por el futuro. No te preocupes por crecer. No te preocupes porque alguien te aventaje. No te preocupes por el triunfo. No te preocupes por el fracaso a menos que sea tu propia culpa. No te preocupes por los mosquitos. No te preocupes por las moscas. No te preocupes por los insectos en general. No te preocupes por los padres. No te preocupes por los niños. No te preocupes por las decepciones. No te preocupes por los placeres. No te preocupes por las satisfacciones. 


Cosas que pensar:

¿Qué estoy buscando realmente?

¿Qué tan buena soy en comparación con mis contemporáneos en cuanto a...?

a) erudición

b) ¿realmente entiendo a las personas y soy capaz de llevarme bien con ellas?

c) ¿estoy tratando de hacer de mi cuerpo un instrumento útil o lo estoy desperdiciando?

Con el amor más cariñoso,

Papá

2 comentarios:

Begoña Argallo dijo...

Este es un libro del que supe hace unos días y que quisiera tener, pero este gobierno hace poquíto para que alguien mantenga sus derechos como trabajador, a diario vemos trabajadores que sólo conservan su puesto de trabajo después de haber renunciado a todos sus derechos anteriores, lo cual me parece escandaloso; de modo que no son buenos tiempos para comprar un libro recién editado, porque tampoco en eso ayudan. Pero es un libro que a mis hijos les vendría bien leer y a mí tener, de modo que en algún momento me haré con él aunque sea a través de la biblioteca.

Como madre que escribe soy por un lado "la ilusa que aún no sabe que sólo publican a quien tiene dinero para pagarlo", opinión del mayor. O "la pesada que sólo escribe historias bastante ñoñas de gente que vive como yo", en una ocasión le di un relato corto para corregir y en las primeras páginas me espeta: este es mi padre, ¿por qué pones a mi padre aquí?...después me vino a dar a entender que sólo me corregiría cuando escribiese algo serio.

Como madre a día de hoy y sabiendo lo que sé sólo les diría una cosa, y soy de las que no se callan ni debajo del agua: "Que nadie decida tu vida por ti".

Esos poquitos consejos de Scott Fitzgerald que se muestran de ese libro los comparto plenamente, queda dicho, un día me haré con ese libro y lo leeré, también intentaré por todos los medios que ellos lo lean.
Saludos

Rodericus dijo...

Suscribo totalmente el apartado del "no te preocupes".

Es la única manera de prevenir la neurosis, sobre todo, en los tiempos actuales.

Un abrazo.