Soles negros en La Coruña

| lunes, 28 de marzo de 2016 | 12:07


Y continuamos en la carretera. Este jueves 31 de marzo a las 20.00 en el Auditorio de La Coruña, Centro Ágora, hablamos de Soles negros. Hará los honores Pedro Ramos dentro de su ciclo Libros en directo.

El arte de la polarización

| viernes, 25 de marzo de 2016 | 11:49

Los virus populistas se relamen de gusto, les ha tocado una época cálida, con excelentes condiciones para la supervivencia y la multiplicación. La crisis les acunó, pero no contaban con la maravilla de los refugiados. Era la excusa perfecta para ahondar en el miedo y el caos, y afinar el arte de la polarización: Alemania tiembla en Sajonia, el Frente Nacional se engallita, los holandeses se miran en el espejo francés, los húngaros levantan una verja, en Noruega y Suecia florece el neonazismo, incluso Dinamarca se resiente. En un libro titulado “Continente Salvaje“ el historiador Keith Lowe cuenta la historia de Europa en los años inmediatos a la derrota del Reich. Como bien saben los militares, los mayores abusos no se producen durante la batalla, sino cuando esta termina. El nazismo es una contaminación de largo aliento, y tras años de limpiezas étnicas siguió intoxicando las conductas de los países con la persistencia del material radioactivo. Entre las ruinas humeantes de Europa se produjo el desplazamiento de millones de personas; el fetiche de la limpieza y la purificación, de las etiquetas y las razas distorsionó las conductas:  los eslovacos expulsaron a la minoría húngara, los rumanos echaron a los húngaros, los griegos botaron a los albaneses, los yugoslavos a los italianos, los rusos obligaron a los finlandeses a abandonar Karelia, los búlgaros obligaron a miles de turcos y gitanos a cruzar su frontera… y a la postre, los alemanes fueron desterrados de todos lados. Es tan fácil -piensa el virus populista- utilizar a esos chivos expiatorios para desviar la atención de los verdaderos problemas de una sociedad. El resultado fue que en una Europa que había sido multicultural, en el lapso de uno o dos años se logró lo que no habían conseguido las mismísimas SS: limpiar los viejos crisoles imperiales y conseguir estados-nación monoculturales, con un origen étnico más o menos homogéneo. Me puedo imaginar a los nazis descojonándose en sus retiros de oro. Mientras miles de desplazados cruzan cenagales y ríos, todos los europeos nos movemos con ellos por un terreno lleno de trampas morales e históricas que haríamos bien en repasar, a fin de que gentuza como Anders Breivik -¿le recuerdan?- no se tomen una copita a nuestra salud.   

Fogueo

| viernes, 18 de marzo de 2016 | 17:19


Hay una escena en la serie danesa Borgen en la cual la presidenta tiene que pactar con su antítesis, un demonio de la ultraderecha que no refleja la luz, al igual que el pigmento Vantablack, la sustancia más oscura conocida hasta la fecha. El demonio es malo pero sobresaliente, y le suelta un speech sobre la necesidad de su existencia para que ella tenga sentido como política de centro. Claro que hablamos de ficción, y de políticos brillantes, cosa aparentemente irresoluble en la realidad. Los nuestros se tuitean, se guasapean, se morrean, y a saber cuántas cosas más se harán sin que nosotros sepamos. De todo menos lo que el mandato de los ciudadanos les ha sugerido: pactar un gobierno. ¿Conocen ustedes a mucha gente que vaya a cambiar su voto en unas hipotéticas nuevas elecciones? Bien, ya me han respondido. Entonces qué están haciendo en este juego de tuya y mía cuya mayor preocupación parece ser la chorrada de cambiarle el nombre al congreso de los diputados/as/es. La cerrazón de unos y la fragmentación del voto no va a ayudar a salir de este “empate mexicano”, como se dice en el cine. PP y PSOE parecen no darse cuenta de que turnarse en el poder se ha acabado, y que la estabilidad no solo se consigue a base de mayorías absolutas. Es hora de dejar de dar coces, sobremanera cuando hay unos cuantos bolcheviques agazapados en determinados escaños a la espera de poder aplicar las lecciones aprendidas en la Historia de la Revolución Rusa -que recomiendo vivamente-. Sánchez y Rivera juegan a intercambiarse dinero del Monopoly, Rajoy se encastilla en que si se gana las elecciones hay que seguir mandando -dónde está escrito-, Iglesias aplica de manera pedestre el famoso “Audacia, audacia y más audacia” que dicen de Lenin pero es de Danton. “Y qué hay de lo mío”, resuena en los congreso de los diputados/as/es mientras se espera el minuto telegénico para que los cansados ciudadanos podamos ver quién se desgañita más. Y mientras dispara con balas de fogueo, los independentistas se pasan la ley por el forro y piden más pasta -paradoja irreconducible-, el fraude andaluz flota como una irisada mancha de aceite, antiguos terroristas quieren alfombrarse de flores como el valle de la Muerte, la reforma educativa ni está ni se la espera… En serio, cada vez tengo menos paciencia…

El acero y la seda

| domingo, 13 de marzo de 2016 | 10:27

Si a ustedes les gusta la complejidad y la precisión argumental de un Kurosawa, los tatuajes que aparecen en los cuentos de Junichiro Tanizaki o el brillo de la catana que maneja con virtuosismo Takeshi Kitano en “Zatoichi“, les gustarán estos cuatro cuentos de José Abad recogidos en “El Acero y la seda“. Haciendo uso del proverbial laconismo nipón, este escritor enmarca las historias en ese Japón lleno de samurais siempre dispuestos a matar o sacrificarse por el honor cual Mishimas desatados. En su visión del mundo, la diferencia entre la palabra y la acción resulta inexistente, por lo que una coma mal puesta puede resultar tan letal como un filo. Llama la atención la exactitud de las frases, que parecen seguir su propio código bushido: en “Holocausto” se dirime una cuestión de honor, que acaba por sellarse en rojo sanguíneo; en “Kagemusha” -mi preferido- tenemos una persecución magnífica, una caza del hombre que podría transcurrir en un western de Nuevo México y que termina pasando del plano físico a uno casi onírico, con Doppelgänger por medio; en “El vuelo incierto de la libélula, el vuelo inquieto del gorrión” el elemento lírico estalla como los cerezos durante el Hanami, y el amor, la resignación, el sentido de posesión, la magia y el eterno retorno se alían en un torbellino que me recuerda al tema de la Tetralogía del Mar de la Fertilidad. Por último “Un cerezo en flor y un charco en sangre“, quizás el que menos me llama, no deja de ser un apreciable ejercicio zen en el que podemos meternos en la cabeza de un duelista a espada. El libro viene ilustrado por la mano de José Ruanco, y con un sabroso prólogo de Ángel Olgoso. Por todo esto les recomiendo vivamente “El acero y la seda” y les recuerdo la frase del gran Yukio Mishima: “Tenía pendiente, algún día, conseguir algo, destruir algo. Fue ahí donde intervino el acero”. 

Presentación de Soles negros en Logroño

| sábado, 5 de marzo de 2016 | 21:17

Seguimos con el tour Soles negros. El próximo miércoles 9 de marzo a las 19.30 h. presentamos en la librería Santos Ochoa de Logroño. Serán bienvenidos.