El número sensato

| domingo, 31 de julio de 2011 | 20:03



Reunidos en el club de St. Andrews los venerables padres fundadores del golf, discutían cuál debía ser el número de hoyos de un campo reglamentario, cuando uno de ellos propuso que fueran exactamente 18. ¿Por qué?, preguntaron sorprendidos. Porque el señor tenía la costumbre de tomar un trago al finalizar cada hoyo, y eran 18 los que necesitaba para terminar una botella, medida razonable para un partido. La propuesta se aprobó por unanimidad.

Los suspiros de Buñuel

| miércoles, 27 de julio de 2011 | 10:55

Así se titulan las memorias de Luis Buñuel: Mi último suspiro. Y son deliciosas, tanto que también se leen en un ídem. Son recuerdos, jirones de vida, frases y situaciones, pensamientos y chistes, manías y repulsiones, su decidida iconoclastia, los sueños, pero sobre todo son vitalidad, ansia torrencial por vivir, por beber hasta la última gota del dry martini, por encontrar esa belleza que Aquino definía como la relación entre dos cosas diferentes. Su infancia y adolescencia en Calanda y Zaragoza, la guerra civil, la Residencia de Estudiantes, el surrealismo, el alcohol y el sexo, París y Hollywood, el cine, la religión, Las Hurdes, México… Luis Buñuel gasta una ironía desmitificadora -que no sarcasmo-, y su vida es un almanaque Gotha de personajes que pasan por ese tamiz que los humaniza sin dejar ser tierno con ellos, de amarlos -y no pocas veces odiarlos al mismo tiempo-. Si, como se dice, todas las novelas son ciertas y todas las memorias son falsas, la mentira de Mi último suspiro provoca sentimiento y asombro, dulzura y vacío. Curiosamente, una de las preocupaciones de Buñuel a este respecto, era que la memoria no estaba amenazada solo por el olvido, sino por los falsos recuerdos, la memoria constantemente invadida por la imaginación, por el ensueño, hasta que, al final, acabamos por creer esa mentira al punto de convertirla en verdad, siendo tan vital y personal la una como la otra. Jugosas anécdotas e íntimos relatos, Bretón confesándole que es triste reconocerlo, mi querido Luis, pero el escándalo ya no existe; su animadversión por Gala, estímulo y sugestión de Dalí; una frustrada orgía con Chaplin; su convicción de que lo que no se hace por un dólar no debe hacerse por un millón; sus recetas para hacer el mejor dry-martini… Imprescindible el cuento -verídico o ilusorio, eso, como hemos apuntado antes, resulta accesorio- de la noche en que le pagó una puta a Luis Alcoriza, o la fantasmagórica y espléndida cena en la mansión de Georges Cukor, rodeado por un agonizante John Ford, un rechoncho Hitckcock, Billy Wilder, Robert Wise, Mamoulian, William Wyler… ¡Quién hubiera podido estar, aunque fuese como invitado de piedra! En una de las línea del libro, Buñuel confiesa que solo a través de los demás puedes juzgar lo que haces. Pues bien, prueben a abrir el libro y juzguen si esto no ha sido una vida digna de ser vivida.

Vuelve el burgués¡¡

| viernes, 22 de julio de 2011 | 19:23

De nuevo regresa mi sección de radio "Conversaciones con un burgués". Será todos los martes a partir de la 19.00 en Onda Cero, en el programa de Arturo Téllez JELO EN VERANO. En nuestro primer programa hablaremos de bombillas eternas, la profesión del futuro, buenos champanes, libros prodigiosos... y un invitado especial. No se lo pierdan.



www.ondacero.es/jelo-verano/




Mis querencias de El Prado

| sábado, 16 de julio de 2011 | 17:40

Paso unos días en Madrid -huyo en cuanto llega el calor, pero no hace tanto como pensaba- y aprovecho para ir a ver la expo de Antonio López. Una cola del carajo y cambio de planes: volver a El Prado. Calculo que hace un año que no lo visito. Entro. A medida que recorro sus pasillos me doy cuenta de que cada vez que vuelvo, acabo delante de los mismos cuadros. La belleza hay que compartirla.











Mi debilidad: Martirio de San Felipe. José de Ribera.


Mi asombro: El Triunfo de la Muerte. Pieter Brueghel El Viejo.



El control del color: Penitencia de San Jerónimo. Joachim Patinir.





La perfección de los objetos: Santa Barbara. Robert Campin.








El raro: Un ladrón. Antonio Fabrés y Costa.







El drama en cinemascope: La conversión del Duque de Gandía. José Moreno Carbonero.