| lunes, 25 de junio de 2007 | 13:07







EL POLÍTICO INCESANTE

La verdad es que me daba mala espina. ¿Quién? Pues el señor Sarkozy, quién va a ser, por eso he dejado que el humo de la pólvora se acabase de aposentar tras la batalla antes de escribir una línea sobre él. Tenía cierto aire a pirata revenido, de esos que vienen y te la meten doblada y se llevan la plata al igual que los cazatesoros del Odyssey. Comenzar el mandato con un entierro -mayo del 68-, nunca augura nada bueno. Si a eso le añadimos un gratinado de medidas, conexiones y convicciones algo bochornosas o incómodas: que los alumnos se pongan en pie cuando entra el profesor en plan florido pensil; cierta ideología neocon; su obsesión con que Ankara ni huela Europa; sus vínculos con los medios de comunicación, la mayoría periódicos que pertenecen a grupos industriales que reciben contratos del estado -recordemos que el director de Paris-Match fue despedido tras publicar una foto de Cecilia Sarkozy y su amante en Nueva York, en agosto de 2005-; o esos devaneos mesiánicos y populistas en plan Pequeño Corso, pues finalmente no me hacía más que concluir que era el mismo perro con distinto collar. No obstante, he aquí que Sarko, con la prosopopeya que le caracteriza, comienza a hacer hincapié en un concepto de vida que yo comparto, la autoexigencia permanente, la idea de perseverancia, de coraje, de trabajo, de rigor, de disciplina, de humildad, de diálogo, de capacidad para escuchar y para enfrentarse a los fracasos, de convivencia con la duda, de la reinvención de uno mismo, de la ruptura de esquemas y convenciones, es decir, de las condiciones esenciales para cualquier logro vital. La fama cuesta, bien lo sabe este hijo de inmigrantes de zancada rápida y ambición infinita, que tuvo que llegar a la cumbre sin pasar por la ineludible Escuela Nacional de Administración Francesa, criadero oficial de las élites. Pero, ¿sería capaz de ser fiel a ese ideario una vez tomado asiento en el solio de la República?, ¿podría transformar realmente el status quo que ha provocado la decadencia de su país? Para sorpresa general, su estrategia de transversalidad política no se ha limitado a manejar citas de Camus, Blum o Zola, sino que ha acelerado incluso la velocidad de la luz a la hora de tomar medidas: liquidación del gaullismo, tratamiento de choque a la fiscalidad francesa, simplificación del Tratado Constitucional Europeo, viaje a Berlín para robustecer las relaciones con Merkel y a España para acercar posturas con Zapatero, confirmación de la meritocracia con el nombramiento de una hija de magrebíes para el ministerio de Justicia, apertura al centro con posibles ministros socialistas… Audacia, audacia y aún más audacia, la proclama de Georges Jacques Danton ante la Convención durante la Revolución Francesa y que Sarkozy no se cansa de repetir. Por el momento, la cosa pita. Sin embargo, todo poderoso recibe un mapa para extraviarse en cuanto viste la púrpura, y Sarkozy, aunque no lo crea, también. Eso se debe a que el ego es el cáncer de la razón, y al final, siempre vence la estupidez, la tuya o la de otros, eso da igual. En realidad, la única interrogante es cuánto tardará en ser aplastado por sí mismo y qué le dará tiempo a hacer. Dicen que el húngaro es tan difícil que es la única lengua que respeta el diablo; Sarkozy tiene ascendencia por ese lado. Es posible que Luzbel tenga eso en cuenta a la hora de darle una prórroga. Yo le deseo suerte. Y tiempo.