| jueves, 3 de enero de 2008 | 17:47


ERRATAS
Charles Perrault, el académico francés del XVII, recogió de la literatura oral de su tiempo once cuentos y los escribió por primera vez: Caperucita Roja, la Bella Durmiente, Pulgarcito... y, entre ellos, La Cenicienta.
En una parte del texto la Cenicienta huye de los fogones a una fiesta maravillosa, y al volver a su humilde destino, dejó perdida su zapatilla, que en francés se escribía vair, un tipo de cuero que al pasar por la imprenta se convirtió en verre, es decir, cristal, dejándonos a todos maravillados con aquella errata e incapaces de corregir aquella imagen evocadora, irreal, fantástica, que ha pervivido hasta nuestros días. ¿Por qué? Porque necesitamos la fantasía para sobrevivir.

1 comentarios:

Fernando Alcalá dijo...

Como amante de los cuentos clásicos desde mi más tierna infancia (aunque lo de tierno sea más un eufemismo, porque siempre fui duro de mollera)me ha encantado aprender esta curiosidad nueva.

Gracias!