La respuesta que le dio John Le Carré a un periodista cuando le dijo que con la caída del Muro y el final de la Guerra Fría estaba enterrado como escritor, porque ya no tendría temas:
“Lo realmente emocionante surgirá de donde siempre vino. De la interacción entre la realidad y el autoengaño que se encuentra en la base misma de tantas vidas secretas. De la sutil relación entre el ingenio y la estupidez. De la confianza ciega que los políticos, por desesperación o impaciencia, depositan en unos servicios de inteligencia supuestamente intocables, con resultados desastrosos. De nuestra capacidad común, sea cual sea la nación a la que pertenezcamos, para torturar la verdad hasta que nos diga lo que queremos oír. Del modo en que una historia de espionaje nos lleve al centro de cualquier conflicto, aunque luego resulte que el conflicto está dentro de nosotros mismos. De la infinita variedad de motivos para la lealtad y la traición, y de la manera en que el motivo del traidor llegue a reflejar como un espejo la moralidad de nuestro tiempo”.
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1 comentarios:
Desde luego que aquel periodista tenia poca experiencia y menos aún imaginación.
Se podría escribir una gran novela en relatar como un oscuro oficial del KGB ha llegado a la presidencia de Rusia. No faltarían traiciones, crímenes, enriquecimientos a la sombra de poder, infidelidades, etc,
Lo que describe Le Carré, es extrapolable a cualquier época desde el Imperio Romano hasta hoy. Siempre habrá obsesión en el poder por controlar, por disponer de toda la información posible.
Y siempre existirá alguien en los servicios secretos, que quiera distorsionar y retorcer esa información para justificar sus acciones, sus crímenes inconfesables, e incluso su propia existencia y su nómina, y le haga creer al poder de turno que realmente controla la situación.
¡¡ Bendita ingenuidad !!.
Un abrazo.
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