Grafitis clásicos

| miércoles, 29 de febrero de 2012 | 11:03



Con respecto a todos los follones que tiene el ejército imperial estadounidense a causa de sus hábitos digamos políticamente incorrectos, como orinar sobre los cadáveres de los talibanes o posar con enseñas de las SS, recuerdo la ciudad de Perugia. Les sitúo, 40 A.C, final del periodo republicano, Octavio tiene sitiado a Lucio Antonio -hermano de Marco Antonio- en dicha ciudad. El futuro emperador le tiene cortados los suministros a la ciudad, y finalmente Lucio Antonio tiene que efectuar un desesperado intento por salir de Perugia que acaba en fracaso. Entre los variados métodos que se utilizaron para atacar a Octavio se hallan los proyectiles de plomo lanzados con hondas por los defensores de la ciudad. Si usted fuese un soldado de Octavio que se hubiera salvado por los pelos de un chupinazo de tal calibre y recogiese uno de los proyectiles, podría leer garabateado en el una de las muchas frases conque los adornaron, como por ejemplo "Métete esto por el culo, Octavio", o mucho mejor, "Chúpame la polla, Octavio". Todo esto en latín, claro. Nihil novum sub solem. 

6 comentarios:

Rodericus dijo...

Cierto, nada nuevo bajo el sol.

No sabia que el arte de dedicar proyectiles fuese tan antiguo.

Estaba familiarizado con algunas fotografías de la segunda guerra mundial en las que los chicos de la RAF o la USAAF dedicaban sus bombas a los alemanes con frases del tipo "Get this cookie, Adolf". Esta frase aparecía escrita con tiza en una monstruosa bomba de 4.000 libras, ( 1.600 Klg ) a punto de ser embarcada en un bombardero Lancaster de la RAF, como la que hace un par de meses apareció sin detonar en Hamburgo.

Pone los pelos de punta el imaginar semejante "cookie" estallando. Autentico humor negro.

Saludos.

Anónimo dijo...

Y esto ¿se supone que tiene gracia?

IGNACIO DEL VALLE dijo...

Para Rodericus: las he visto, las he visto. Impresionantes.

IGNACIO DEL VALLE dijo...

Para Anónimo: depende de tu sentido del humor.

Anónimo dijo...

Para Anónimo, no es cuestión de gracia o no sino, como ya dijo Rodericus, pasen los años que pasen seguimos en muchos sentidos con las mismas costumbres.

Sandra Sánchez dijo...

Qué interesante!