ALAN ÁLVAREZ O EL ÉXITO DE LOS AMIGOS

| domingo, 29 de noviembre de 2009 | 22:14






Este señor y yo tenemos unas cuantas cosas en común:

Somos amigos desde hace más de diez años.

Nadie daba ni un duro por ninguno cuando empezamos.

Nos hemos apuntalado mutuamente cuando cedíamos terreno.




A los dos nos apasiona lo que hacemos.

Este señor ahora está pinchando en Ekaterinburgo, en San Petersburgo, en Ibiza... en media Europa. Este señor es una rareza, un Dj de conservatorio, que toca el piano como dios, y que cuando se va de parranda y llegamos a casa, tira de violín y se pone a tocar a Bach a las tantas.





Para mí es una alegría, después de diez años, poder hacer esta entrada.

Y lo suyo acaba de empezar...







Ellas

| jueves, 26 de noviembre de 2009 | 19:00


Ellas nos huelen, señor, mucho, mucho antes de atender a nuestro torso, nuestro rostro o nuestras palabras, ellas nos huelen, chequean nuestro sistema inmunológico de una manera inconsciente, a metros de distancia, para calibrar las ventajas competitivas de su hipotética prole. Ellas sólo quieren hombres que luchen, señor, si usted no lucha puede creer que está con ellas, pero ellas no están con usted, créame. Puede usted empatar, puede usted perder, una y otra vez incluso, pero si lucha seguirán con usted, en todas las derrotas, igual que en todas las victorias; lo único que no perdonan es que usted no luche, señor. Ellas necesitan verse más grandes, más inteligentes, más guapas en sus ojos, porque ellas desean devolvérselo, señor. Ellas quieren creer que son especiales para usted y hacerle creer que usted también lo es. Si no le admiran, aquí se acabó todo, señor. Ellas, ellas, ellas saben que no existe la armonía, sólo pedazos de armonía, pero esos pedazos se los exigirán con la usura de los decimales. Ellas conocen que una relación es cualquier cosa menos lo que se lee en los cuentos de hadas, que los arquetipos minan nuestras relaciones, por eso desean compartir, los problemas y la gloria, la ansiedad y el deseo. Ellas le requerirán complicidad, señor. Y que las folle durante toda la noche, y que les dé mimos durante todo el día, y que las cubra de besos el resto de su vida. Lo quieren todo, señor. Ellas, ellas anhelan que estemos en guardia, pero que la bajemos de vez en cuando, es tierno, es romántico, señor, que ellas sepan que les confía su debilidad. Si su idea de la diversión es prolongar su adolescencia, olvídese de ellas, señor, y vaya a cazar Wendys, porque ellas demandan compromiso, cómo si no enfrentarse a una vida en la que todo es negociación o pelea. No quieren estar solas ante la vida, señor. Nosotros tampoco. Ellas quieren ver cómo se arriesga, cómo da el primer paso, cómo pasa el apuro, el peligro, la inseguridad de pedirles una cita, quieren saber si tiene el valor, si posee la constancia, si será de fiar. Ellas reclaman que les quitemos la razón cuando no la tienen y cuando sí, que las hagamos pensar. Y eso es el amor, señor: no dorarles la píldora. Pero, sobre todo, hágame caso, llámelas al día siguiente, señor, de tomar un café, de ir al cine, de hacer el amor, de una discusión, de lo que sea. De lo que sea. Que sepan que, al menos, valió la pena. Lo que sea.

Budapest

| miércoles, 25 de noviembre de 2009 | 11:12

Es que a mí estos tíos me gustan mucho, y esta versión de Budapest es excepcional.

FIRMAS EN EL RASTRILLO

| lunes, 23 de noviembre de 2009 | 1:05

ESTARÉ FIRMANDO DEMONIOS LOS DÍAS 23 Y 24 DE NOVIEMBRE, A PARTIR DE LAS SEIS DE LA TARDE, EN EL RASTRILLO DEL RECINTO FERIAL DE LA CASA DE CAMPO, PABELLÓN DE LA PIPA. UN ZOCO SOFISTICADO EN EL QUE VERÁN UN MONTÓN DE CARAS FAMOSAS, AYUDARÁN A RECAUDAR FONDOS PARA LOS PROYECTOS DE LA ONG NUEVO FUTURO, Y PODREMOS TOMARNOS UN MOJITO CADA CINCUENTA LIBROS AUTOGRAFIADOS -MÁS O MENOS-. LES ESPERAMOS.

La juventud salvaje

| viernes, 20 de noviembre de 2009 | 10:24



De todas las definiciones de la vida, la que más me gusta es la de Dustin Hoffman: dicen que la vida tiene tres actos, juventud, madurez y senectud, pero yo soy de los que piensan que no hay más que dos, uno en el que tienes la suerte de disfrutar de todas tus facultades y otro en el que ocurre ese algo que altera tu vida de forma dramática y lo que queda por ver es cómo reaccionas ante esa situación. Redonda. No obstante, todavía existe una sutil diferencia, existen clases en ese primer acto, una categoría en la que se puede disfrutar de todas las facultades, sí, pero añadiéndole algo que se va desleyendo con el tiempo, todas las posibilidades, toda la belleza, toda esa energía que te incita a desafiar al mundo con ese dime lo que prohíbes y te diré lo que voy a hacer. Ese intervalo en que sales de la adolescencia y todavía no te has estabulado en un trabajo, esa parte digamos Erasmus de tu vida. Por los talleres que imparto, tengo la fortuna de relacionarme con gente universitaria, y contra la marea de clichés que no hacen más que retratarles como unos descerebrados del botellón, yo no hago más que dar con chicas y chicos más despiertos de lo que yo era a su edad, más inteligente, más ágiles, más inquietos, más curiosos. Yo les pregunto cómo ven su generación, y aunque no me desvelan nada nuevo, porque aún tengo muy fresco cómo era yo a sus años, hay algunos matices que son sabrosos. Ellos creen que no son una generación especialmente tecnológica, porque el cambio decisivo se dio en 1990 o 1991, es decir, afectó de lleno a los que vienen detrás, una brecha real similar a la que pueden tener mis padres respecto a mí. También me cuentan que se siente perdidos, que leen pocos periódicos, que buscan la singularidad, las etiquetas que les diferencien de la marea homogénea -aunque después esa misma particularidad se convierta en otro uniforme reglado-, emos, heavys, góticos, los inefables pijos, raperos, ska, floggers, bohemios... Que posiblemente beban lo mismo que juventudes anteriores, pero que se drogan más. Que sexo lo que se dice sexo, se practica con más facilidad y menos empachos. Hasta ahí nada que no haya sido bajo el sol, cero arriba o cero abajo. Lo que me quitó el habla fue la tendencia a que, una vez que el sexo ha ardido y la relación se consolida, el conservadurismo impera, el sentimiento de posesión es muy fuerte, el machismo por ambas partes se enquista, con el riesgo de ser un embrión para futuros malos tratos. Eso me cuentan. Y esa parte no me la esperaba...

Bocatto di cardinale XXXIII

| miércoles, 18 de noviembre de 2009 | 0:04


Esta peli necesita un Óscar. Y nosotros necesitamos esta peli. Porque el amor es eterno. Pero el odio es perpetuo...

Ávila o cómo conservar el patrimonio

| lunes, 16 de noviembre de 2009 | 12:13


Agradecido y emocionado de pasar el finde en Ávila. Me invitaron unos amigos, e inevitablemente me cogí el portante y a sacarme mis fotos de guiri por toda la ciudad. Un frío del carajo, y un viento que hacía de Chicago y Zaragoza sucursales. Pero el grado de conservación, el mimo, la delicadeza conque se ha manipulado el tiempo para que lleguen hasta nosotros maravillas como la basílica de San Vicente, son de aplaudir. Para más información Wikipedia, y para tomarse unas salchichas regadas con un Ribera, la Taberna de Guillermo. No dejen de trasegar algo por allí.






FESTIVAL Ñ

| jueves, 12 de noviembre de 2009 | 10:43



EL VIERNES 13, A LAS SIETE, EN EL MARCO DEL FESTIVAL Ñ, CONVERSARÉ CON LORENZO SILVA SOBRE STIEG LARSSON. SERÁ EN EL CÍRCULO DE BELLAS ARTES, SALA DE LAS COLUMNAS. LES ESPERAMOS.

Las leyes de la termodinámica

| miércoles, 11 de noviembre de 2009 | 13:54



Quienes frecuenten este blog, se apercibirán de lo fructíferas que me resultan las comidas con mis amiguetes. Tuve otra hace poco, y ese día en particular andaba yo un poco nervioso, con cierta ansiedad. Mi tovaritsch, que debe andar por los ochenta, pero que está como un roble y se mete entre pecho y espalda un plato de cuchara sin despeinarse, lo notó y me habló desde la tribuna y la tranquilidad que da esa franja de edad -eso espero-.
-Mira, tienes que tomarte la vida con más calma, y para ello has de memorizar las tres leyes de la termodinámica.
-Dime, dime... -contesto.
-Primera ley: no puedes no jugar. Segunda ley: no puedes empatar. Tercera ley: ganar es imposible.
Medité unos instantes. Efectivamente: no es más que la vida. Ni menos.

BARRIO SÉSAMO: 40 ANIVERSARIO

| lunes, 9 de noviembre de 2009 | 13:18


Arriiiba, abaaajo, más leeejos, más ceeerca, izquieeerda, dereeecha... al final, todos hemos aprendido a jugar... maná maná -mah nah mah nah mah-, maná maná -mah nah mah nah-...

La primera vez que vi a Ayala

| miércoles, 4 de noviembre de 2009 | 23:28




La primera vez que vi a Ayala tendría yo unos treinta y pocos; llevaba ya unos años en Madrid y recuerdo con claridad meridiana que iba casi corriendo hacia el gimnasio -yo, no Ayala-. El día de autos fue a la altura de Génova, y como siempre he tenido una facilidad especial para reconocer caras, gestos, expresiones, aires... de repente, en la misma acera, vi venir a un señor que se adivinaba longevo, con esa largura de los más de seis tomos de 1.500 páginas que reunirán su obra oceánica. Coño, Ayala, pensé. Caminaba pasito a pasito, con la mirada ida, apoyado en una chica que podía ser su hija o alguien encargado de asistirle. Recuerdo que me detuve en seco, y aunque nunca he sido mitómano, aguardé a que se colocase a mi altura, y manteniendo una distancia de respeto para no alarmarle, le dije: Hasta luego, maestro, saludándolo ceremoniosamente con mi mejor sonrisa. Francisco Ayala me miró como quien mira a alguien que no acaba de reconocer, pero que intenta hacer memoria, y aunque como es de recibo no logró hallar mi rostro entre la galería de miles que almacenaba, me devolvió la sonrisa safadinho, como dicen los brasileiros, pícaro. Yo continué mi camino. Él continuó el suyo.


Esa fue la primera vez que vi a Ayala. Y la última. Más adelante, estuve en la cámara acorazada del Cervantes que ha sido rebautizada como Caja de las Letras, donde depositó una carta manuscrita y un legado personal, cuyo contenido no ha desvelado, y que será guardada hasta 2057, fecha elegida por él para que se abra la caja de seguridad correspondiente. Con su habitual sentido del humor entre la ironía y el sarcasmo, comentó que no se preocupasen, que a este paso él mismo iba a abrir la caja en el futuro. No pudo ser. Pero casi.
Y entremedias, ¿qué es lo que ha quedado de Francisco Ayala? Pues una obra con la longitud y el calado del 'Queen Mary', que en cada etapa se lanzó a morder el corazón de su tiempo. Un compromiso con la libertad y con la condición humana. Un poco de lucidez, un pellizco de burla, una pizca de coherencia, cierta ternura, un sano escepticismo, el deseo de vivir y disfrutar intensamente, el trato diario con los libros, la obsesión inequívoca de escribir. A Ayala la letra impresa siempre le sonó a salmodia y a rito, esas palabras que conectan con la divinidad todo lo que de paradójico contiene el hombre, esa coexistencia, esa dialéctica, esa complementariedad de lo antitético: lo objetivo y lo subjetivo, la sátira y lo lírico, el intelecto y el espíritu, lo público y lo íntimo. Y los años fueron pasando gracias a una afortunada mezcla de biología, suerte y fortaleza; un flujo de tiempo que no es más que la relación de lo existente con lo no existente, como aseguraba Dostoievski, y en medio Ayala, al que yo me imagino como el coronel Travis en El Álamo, a la sazón al mando de un intelecto sitiado, lanzando un discurso no del todo alentador, pero siempre íntegro: estamos rodeados por un ejército que puede aniquilarnos de un solo golpe, la ayuda no llegará a tiempo y no nos vamos a rendir. Y un día, así, sin comerlo ni beberlo, durante un paseo de los cientos dados a lo largo y ancho de su aventura vital, whisky y miel mediante, con Quijotes, exilios, memorias, filosofías y amor también mediante, he aquí que un conocido desconocido le saluda con la mejor de sus sonrisas y mira qué bien, a saber quién será, pero como todo en la vida es relativo, aproximado y provisional, pues le devuelvo el saludo y santas pascuas. Así pudo suceder. Sí, así tal cual. Me refiero a la primera vez que vi a Ayala.

Encuentros con lectores

| lunes, 2 de noviembre de 2009 | 11:32

BIBLIOTECAS, UNIVERSIDADES, CÍRCULOS DE LECTORES, CENTROS CULTURALES... QUIENQUIERA QUE ESTÉ INTERESADO EN TENER UN ENCUENTRO PARA HABLAR DE MI OBRA O DE LITERATURA EN GENERAL, LO TIENE FÁCIL: